Si te gusta tener un recetario para encontrar el plato justo a cada momento, poco te servirá tener papeles sueltos y manuscritos extraños. Veamos una buena idea para tener todo organizado.

Las recetas de comidas son un indispensable para cada cocina. Siempre heredamos un libro de recetas de mamá o la abuela, ya sea manuscrito o no, aunque ahora con Internet las cosas han cambiado. Sólo basta buscar el plato que deseemos, imprimir la receta y con esto ya iremos formando nuestro recetario.

Pero a la hora de guardar las recetas nos vemos en un problema… generalmente son cientos de papeles de diferente tamaño y edad, con letra manuscrita algunas, y otras con manchas de vaya uno a saber qué cosa que se volcó cuando la usamos la última vez.

Para evitar perder la receta de la abuela o la de esa comida que nos quedó espectacular, unas recomendaciones:

Primero, realiza fichas de igual formato y ordénalas por categorías: platos dulces /platos salados, ensaladas, salsas, postres, guarniciones, etc. aquí depende de la variedad y cantidad de recetas que tengas.

Luego, trata de que todos los papeles sean del mismo tamaño. Transcribe aquellas escritas en pequeños trozos de papel y vuelve a imprimir las que encontraste en Internet, si tienes una copia en tu PC mucho mejor. Una buena alternativa es hacerlo en papeles con colores diferentes para diferenciarlas mejor.

Para guardar los papeles impresos hay varias opciones; puedes utilizar un álbum de fotografías (esos que permiten agregar hojas para que tu recetario pueda crecer) y meter las recetas en el espacio dedicado a las fotos.

También puedes plastificar las fichas y guardarlas en una carpeta, o también pegarlas en las hojas de un cuaderno. La idea de plastificar las fichas es interesante porque impide que el papel se arruine con el tiempo, además que si se mancha con algo puedes limpiarlo.

Encuentra un lugar especial donde guardar tu libro de recetas… y a cocinar ahora que tienes todo ordenado.

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