Los alimentos tienen una fecha de vencimiento que depende en muchos aspectos de la manera en que los conservemos.

Por una cuestión de ahorro y de salubridad, la correcta conservación de los distintos alimentos es una arte que todo responsable del hogar debería aprender y enseñar. Cuando obtenemos un correcto modo de mantenimiento y conservación de los alimentos y elementos de la cocina, no sólo evitamos que se echen a perder, sino que además, preservamos la salud de todos los integrantes del hogar.

En este artículo conoceremos algunos trucos sencillos que podemos poner en práctica para tener la cocina y la alacena siempre en perfectas condiciones, limpia, ordenada y sana.

Cuando vamos a la verdulería, vemos que los vegetales y las frutas no están en la heladera, sino simplemente en un lugar seco y protegido del sol o de los climas intensos. En tu hogar deberías hacer lo mismo. Es mejor conservar los vegetales en un lugar apartado del calor, y consumirlos rápidamente. Pero si compras vegetales una vez por semana y necesitas mantenerlos en la heladera, asegúrate de abrir las bolsas que los contienen, para evitar que se pongan mustios.

Las especias y condimentos secos deben estar, ante todo, preservados de la humedad. Generalmente, en el mercado los encuentras en bolsitas de cierre hermético, que son muy prácticas para su almacenamiento. Pero si no es este el caso, puedes guardarlos en frascos con tapa hermética, asegurándote de que queden siempre en impecables condiciones.

Las harinas suelen atraer polillas y otra innumerable cantidad de pequeños visitantes indeseados. Para evitar la presencia de insectos, guarda el harina en un recipiente hermético, y cuelga paquetitos de lavanda dentro de gasas o telas para ahuyentarlos. Lo mismo con el arroz: una vez abierta la caja, colócalo en un frasco o contenedor de cierre hermético, lo que también evitará que se humedezca.

Los productos enlatados deben ser almacenados lejos del sol y de las altas temperaturas. De preferencia, guárdalos en una alacena lejos del horno, y antes de abrir una lata, asegúrate de revisar su fecha de vencimiento. Si abriste un enlatado y no ocupaste todo su contenido, coloca el restante en un bol y llévalo a la heladera, protegido por un papel film.

Los huevos, contrariamente a lo que mucha gente piensa, no necesitan estar dentro de la heladera. Pueden permanecer en buen estado a temperatura ambiente sin contratiempos. Si estás cocinando una receta que necesita yemas o claras por separado, puedes guardar los restantes así: las claras sin batir, dentro de un recipiente hermético (un frasco, un bol, o un recipiente de vidrio cubierto por papel film), y las yemas dentro de contenedores profundos, cubiertas por una buena capa de leche o agua, dentro de la heladera.

Los fideos y tallarines secos que vienen empaquetados, una vez abiertos pueden guardarse en la alacena bien tapados. De esta manera, durarán 3 meses. En cambio, si los colocas en la heladera, podrás aprovecharlos sin problemas por hasta 6 meses. Igualmente, si encuentras un frasco hermético donde colocarlos, mucho mejor.

Si tienes hongos secos, puedes conservarlos dentro de frascos junto con algunas hojas de laurel y granos de pimienta, para evitar que los insectos se acerquen.

Por último, para conservar el café y el azúcar con sus cualidades intactas, debemos colocarlo en recipientes herméticos y en lugares oscuros y frescos. En el caso del café, también es conveniente que esté lejos de otros alimentos, ya que absorbe los olores de los mismos.

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