Al decorar un ambiente, nos encontramos con la disyuntiva de seguir un estilo establecido o darle un toque personal, sin saber si quedará bien. A veces es importante romper con la estructura y generar nuevas ideas.

Cuando observamos la teoría de la decoración, vemos que hay algunas reglas básicas que demarcan nuestras acciones. Sin embargo, también sucede muy a menudo que quienes sortean estas reglas logran tendencias de vanguardia, en exquisitas decoraciones que se instauran como todo un estilo diferente. Por eso, siempre es buena idea conocer tanto las reglas, como así también sus excepciones.

Por ejemplo, hay quienes prefieren diseñar un espacio para exhibir objetos decorativos y colecciones completas, de manera armoniosa y elegante. Por su parte, hay quienes recomiendan deshacernos de cuanto objeto no cumpla una función específica, para conservar sólo los elementos y decoraciones que nos evoquen sensaciones y recuerdos, y sin prestar atención a su influencia decorativa neutra de familiaridad con el objeto en cuestión.

El espacio, en fin, es lo que debemos conjugar con nuestro gusto para definir la decoración de un ambiente. Ello se debe a que la configuración física de las habitaciones (su arquitectura) será una voz importante a la hora de determinar su decoración, más allá de lo convencional y lo preestablecido. Esto es incluso más importante cuando se trata de una nueva casa o de una mudanza: debemos evaluar la habitación vacía antes de ponernos a decorar como pensamos que “es lo correcto”.

Tampoco debemos dejar de lado la sorpresa y lo entretenido. Si tu ambiente sigue un estilo particular y muy definido, quizás la incorporación de un elemento completamente externo a la temática se convierta en un punto focal por demás interesante. Por ejemplo, si tu estilo es clásico y elegante, no está de más agregar aquí y allá algunos elementos decorativos modernos, incluso de estilo pop art, para dar un toque de picardía y diversión a la habitación.

De tal modo, debemos esquivar lo convencionalmente establecido, buscando en el trayecto nuestro propio gusto y estilo. Lo divertido, lo kitsch, lo bizarro y lo hilarante son parte importante de la decoración hogareña, sin consideración a un estilo de base moderno, clásico, elegante, retro, rústico u otro. La idea aquí es hacer cada habitación algo “nuestro”, que refleje nuestra personalidad y que se amolde a nuestro gusto.

Lo moderno aparece para romper el molde

Hoy podemos encontrar elementos decorativos inspirados en portales y sitios de redes sociales, que con su sola presencia identifican a su propietario como parte de la comunidad global. Y tu puedes ser uno de ellos, dando algunos toques decorativos en tu hogar según las tendencias que sientas que te identifiquen mejor, y siguiendo nuestra premisa de salirse de las estructuras para darles nuestra pincelada personal a cada habitación.

Los elementos, botones y logotipos de los sitios sociales Facebook y Twitter son los más representativos de esta tendencia decorativa de vanguardia. Podemos observarlos en múltiples objetos, desde funcionales almohadillas para el mouse, hasta almohadones, cobertores de cama, cortinas de baño y miles de otros objetos.

También las marcas comerciales hacen lo suyo en la decoración vanguardista. Puedes aprovechar las promociones y concursos que ofrecen las más reconocidas marcas comerciales (de bebidas con y sin alcohol, de cigarrillos y muchas otras) para obtener sus productos de merchandising, que incluyen desde vajilla y cubertería hasta adornos, dispensers, y hasta muebles pequeños. Esta es una manera económica de dar un toque personal y original a tu hogar, con una tendencia de vanguardia.

También puedes hacer tus propios elementos decorativos. Consigue los diseños en Internet, realizando búsquedas de todo tipo. Ya encontrado el diseño de tu inspiración, vas a poder crear tus elementos decorativos vanguardistas, para decorar tu hogar o tus objetos. Algunas ideas pueden ser bordadas, pintadas o estampadas, y también mandar a hacer impresiones y cortes de cartón para crear originales cuadros y murales.

Otra manera de crear una decoración moderna y original sencilla es usar elementos en desuso en tus paredes y en espacios de guarda, a modo de exhibición. Por ejemplo, usa esos viejos disquetes de 5 y de 3 pulgadas, mouses que hayan quedado fuera de uso, e incluso teclas sueltas de un viejo teclado por la pared de tu sala de estudio. Coloca viejas carcasas de teléfonos celulares como una suerte de colección en una estantería, y por qué no: crea una verdadera colección de viejos artefactos eléctricos, como calculadoras, relojes y todo tipo de reliquias tecnológicas.

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