Los alimentos y las supersticiones
A lo largo de la historia ha habido supersticiones en relación a los alimentos. Que si se cae la sal es de mala suerte, que el arroz en las bodas es para la fertilidad, y tantos otros que analizaremos en esta nota.
La industria alimenticia está plagada de creencias y supersticiones que, a la larga, terminan por instalarse también en las mesas familiares. Para la buena suerte, para la mala fortuna, para mejorar la fertilidad y también la inteligencia, o para ahuyentar fantasmas y malos espíritus: hay comidas de las que es mejor mantenernos alejados y hay otras que deberíamos consumir a diario, de acuerdo con estas creencias populares. Veamos algunas de las más comunes.
Las comidas y el paso del tiempo
Cada cultura celebra el cambio del año a su propia manera, con sus creencias, costumbres y supersticiones. El Año Nuevo es uno de los momentos ideales para demostrar las supersticiones referidas a los alimentos. Por ejemplo, hay quienes dicen que se debe comer doce uvas durante las doce últimas campanadas del año para tener buena salud, y quienes piensan que comer una cucharada de lentejas justo a la medianoche es la manera de tener prosperidad todo el año.
En Groenlandia, por ejemplo, se consume un platillo que consiste en un trozo de piel de foca, envolviendo un poco de carne cruda de un ave que se conserva debajo de una piedra por meses, con el fin de obtener buena fortuna y prosperidad laboral. En Filipinas, en cambio, la superstición dice que en la comida del año Nuevo se debe atraer a la fortuna, por lo que se suele consumir alimentos redondeados y planos, como monedas, frutas redondas y otras, servidas en mesas con manteles a lunares.
Alimentos para la buena suerte
La Dama Fortuna, según las creencias, es una amante de los alimentos, y modifica sus visitas de acuerdo a lo que comemos y manipulamos. Seguro que ya sabes aquello de que si se te derrama la sal sobre la mesa has de tomarla con la mano derecha y echarla hacia atrás por sobre el hombro izquierdo para evitar la mala suerte, pero quizás no sabías que ni siquiera se puede compartir el salero pasándolo de mano en mano, pues a la suerte no le gusta que dos personas toquen el elemento al mismo tiempo.
El arroz es otro buen ejemplo de las supersticiones en los alimentos. Es el símbolo de la fertilidad y la prosperidad, razón por la cual se lo arroja sobre las cabezas de los novios a la salida de la Iglesia. En verdad, las culturas dictan que cualquier grano es símbolo de fertilidad, incluso las semillas, por lo que también puedes aprovecharlas para augurar felicidad y familia numerosa a quien quieras.
El ajo, por sus efectos depuradores, es otra de las herramientas de la superstición en las comidas. Incluso hay restaurantes que agregan ajo a todos sus platillos, aunque en cantidades ínfimas, en especial los días de visitas de críticos y personalidades, para ahuyentar con él a la mala suerte. También llevar un diente de ajo en el bolsillo, dice la superstición, es una manera de evitar los malos pasares de la vida diaria, y además protege contra el mal de ojo… ¡y seguramente también de las compañías y los encuentros cercanos!
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