Comunicarse correctamente, clave para el éxito social y laboral
La comunicación nos lleva a conseguir lo que necesitamos, desde exponer una idea hasta lograr un objetivo más específico. Especialmente en el campo laboral, debemos prestar atención al modo en que exponemos nuestras necesidades para poder obtener buenos resultados.
Cuando necesites decirle algo difícil o complicado, comienza haciéndolo expresando tu amor hacia él o ella. Nunca comiences a la defensiva. Si se te dificulta, puedes hacerlo a través de una carta, no importa el medio, lo que importa en una pareja es la comunicación, es conocido el dicho que “hablando se entiende la gente”. Y si esto sirve para la generalidad de las personas, más aún en una pareja en donde el amor es el motivo de unión.
Para que la comunicación tenga el efecto que pretendemos, debemos enunciar nuestras ideas de manera clara y concisa. Recordemos que para alcanzar el éxito en nuestras comunicaciones hacia las demás personas, la comunicación debe se eficiente, y muchas veces una falla en ese aspecto hace que un objetivo no pueda ser cumplido.
Ante todo, destaquemos que la comunicación persigue un motivo. Tenemos la intención de dar a conocer algo, para provocar una respuesta o reacción alguna en el receptor. No debemos olvidarlo, puesto que de no perseguir un objetivo no se trataría de comunicación, sino de un mero monólogo que podríamos bien darle a una pared o a una mesa.
Ya sea en un ámbito social, y especialmente en lo laboral, para lograr algún tipo de cambio en el trabajo diario, para defender un nuevo proyecto o idea, o para solicitar un aumento, necesitamos contar con un argumento firme y seguro. Por eso, saber o conocer cómo discutir y hacer frente a diferentes situaciones en el ambiente laboral, es un punto fundamental para desempeñarnos con éxito. La comunicación es extremadamente importante, y sobre todo, el modo en que lo hacemos.
Debemos recordar utilizar un código (dialecto, lenguaje, modo y demás) que sea entendible o compartido con el receptor, para asegurarnos de la claridad y de la buena recepción, percepción y decodificación de nuestra enunciación. Y, finalmente, debemos recordar la retroalimentación: la respuesta de la otra persona, su reacción, su comprensión e integración de nuestros conceptos de modo alguno.
Hay muchos errores comunes que se cometen en lo que respecta a comunicaciones, que impiden la buena práctica de esta tarea. Muchas veces nos sucede a nosotros mismos, que enunciamos, hablamos, escribimos, pero notamos que nuestro mensaje “no llega” a los receptores.
Entre los errores comunes encontramos que el contenido y la claridad suele ser el principal obstáculo comunicativo. Cuando no estamos del todo seguros de lo que queremos comunicar, entonces no tendremos éxito al hacerlo. Hay que procurar tener una imagen clara de lo que queremos decir, y luego formular el enunciado con claridad, pausa, corrección, y sin presuponer que la otra persona escucha nuestros pensamientos.
El modo suele ser un gran obstáculo en las comunicaciones. Aunque estemos formulando bien el comunicado, si presentamos un mal modo corremos riesgo de que nuestro interlocutor se bloquee a estos estímulos. Procuraremos ser cordial, respetuosos y correctos al hacer nuestras declaraciones, tanto escritas como verbales, manteniendo también un lenguaje corporal y una gestualidad apropiadas, aunque estemos enojados, de mal humor, apurados o, simplemente, a disgusto. De esta forma alcanzaremos el éxito comunicacional.
Debemos mantener la compostura durante la comunicación, y evitar las interrupciones. A veces estamos haciendo enunciados claros, concisos, con buen modo y con corrección, pero de pronto perdemos la atención del público. Puede que se trate de constantes interrupciones. Si durante nuestra comunicación hacemos demasiadas pausas, mezclamos temáticas, o hacemos comentarios ajenos al tema, los interlocutores pueden perder el hilo (y el interés) por lo que estamos diciendo.
A la hora de dialogar con otros interlocutores en una situación un tanto mas improvisada, para evitar conflictos o malas interpretaciones, una buena técnica es formular nuestras palabras desde un formato positivo. Debemos, asimismo, procurar mantenernos apacibles y tranquilos, sin dejar que nuestras emociones se entremezclen con el mensaje. Para ello, y especialmente en una charla conflictiva, debemos recordarnos en nuestras mentes que el otro tiene derecho a tener su propia opinión, y que nosotros tenemos -de igual modo- el derecho de opinar por nuestra cuenta, siempre respetándonos.
En la pareja la comunicación también es la clave del éxito. Una pareja sólida se va construyendo día a día, con ladrillos básicos como la comunicación, respeto, intimidad, e ideas y proyectos en común. Cuando necesitemos comunicarle algo difícil o complicado a nuestra pareja, debemos comenzar haciéndolo expresándolo con amor, nunca a la defensiva. Si es muy difícil, dado que los gestos a veces dicen mas que mil palabras, no está mal hacerlo a través de una carta; no importa el medio, lo que importa en una pareja es dialogar. De igual modo, si no tenemos nada que decir, no hay que esforzarse por “inventar” algo, los silencios son buenos en la pareja, y los gestos aún mas.
Saber comunicarse es la clave del éxito a nivel social, de pareja o laboral. En definitiva, el secreto de una buena comunicación está, casi siempre, en saber escuchar, interpretar, responder de manera clara y concisa, y sobre todo, sólo si el caso lo amerita.
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