Para tener una piel en perfectas condiciones, debemos exfoliarla una vez por semana con un sencillo procedimiento. Y para hacer la tarea de manera natural, te damos algunas recetas de cremas caseras, para que tu piel y el bolsillo se sientan agradecidos.

La piel, continuamente, pierde células muertas y se cubre de microscópicas impurezas, que a la larga pueden obstruir tus poros y dar un aspecto desfavorecido. Generalmente, pensamos en problemas como estos en las pieles del rostro y la cara, aunque debemos percatarnos que tales cosas suceden en la piel de todo nuestro cuerpo.

Para combatir este problema, podemos acudimos a los productos exfoliantes, los que raspan delicadamente la piel, eliminando impurezas y células muertas, haciendo que nuestro cuerpo luzca mejor y tenga más vitalidad. Pero, ¿qué sucede cuando nos hemos quedado sin productos especiales? Pues es allí cuando echamos mano a lo que tenemos en el hogar.

Por ejemplo, para exfoliar delicadamente la piel de nuestro rostro y cuello, podemos lavar nuestra cara con una solución a base de aspirina disuelta en unas gotas de agua tibia, frotando delicadamente en forma circular, y enjuagando luego. Después de este tratamiento, puedes frotar pulpa de tomates por la piel tratada, para cerrar los poros.

También se puede crear una pasta con aceite de oliva, una cucharadita de azúcar y unas gotas de jugo de limón fresco. Con esta mezcla lavamos el rostro, y lo dejamos suave, limpio y humectado en forma natural. Otra opción es utilizar sal parrillera en lugar de azúcar, pero sólo debemos utilizarla en pieles menos delicadas, es decir: sería ideal para usar en el resto del cuerpo.

La solución de sal y aceite es muy buena para exfoliar las piernas, en especial antes de la depilación, ya que con esta técnica dejaríamos la piel libre de grasas, células muertas, y haríamos “aparecer” todos los vellos ocultos, dejándolos más susceptibles de ser atrapados por la cera o la depiladora.

Claro que los aceites de oliva y romero no son los únicos que pueden ser utilizados como “bases” para nuestros exfoliantes caseros. También se puede utilizar leche, leche con apenas un poco de maicena, o incluso alguna leche corporal, mezclándolos luego con sal o azúcar.

Siempre se debe tener cuidado con la aplicación de estos exfoliantes naturales. Ten en cuenta que algunos podrían resultar muy agresivos, dependiendo de qué tan sensible o delicada sea tu piel. No hay que exfoliar zonas que hayan sido maltratadas (sobre quemaduras, quemaduras de sol, zonas enrojecidas por alergias, y otras zonas) ni sobre zonas en extremo delicadas (como el contorno de los ojos o las partes íntimas).

Procedimiento para una correcta exfoliación

Una vez por semana, es recomendable realizar una limpieza de cutis, la cual incluya una exfoliación. La misma, permitirá eliminar las células muertas del rostro, así como limpiar los poros en profundidad. La mayoría de los puntos negros desaparecen con este procedimiento.

Como primer consejo, no es recomendable hacer más de una exfoliación por semana, ya que al abrir los poros se corre el riesgo de agrandarlos. Por otra parte, el masaje de la exfoliación estimula la regeneración celular, quedando la piel más sensible y más propensa a que salgan barritos.

Para comenzar, debemos tener el rostro limpio, sin restos de maquillaje, pero sin utilizar la loción tónica. Para abrir los poros y que la exfoliación sea aún más profunda, podemos poner el rostro sobre un emisor de vapor, por ejemplo, una pava con agua caliente.

A continuación, y con el rostro seco o semi húmedo, procedemos a exfoliar por zonas. Se puede empezar por la frente, seguir por nariz, mejillas y finalizar con el mentón. Utilizaremos siempre la yema de los dedos índice, mayor y anular, trazando círculos pequeños en la zona, y ejerciendo cierta presión. La zona del contorno de los ojos no necesita exfoliación, además de ser muy sensible y frágil.

Una vez que hayamos exfoliado con los dedos, podemos profundizar la limpieza con un cepillo especial para este proceso. El cepillo permite limpiar mejor, además de estimular más la regeneración celular.
Si la crema exfoliante se seca con el tiempo, se puede humedecer con agua tibia y continuar usando.

Cuando hayamos finalizado el proceso, enjuagaremos con abundante agua fría, ya que ayudará a que los poros se cierren con más facilidad. Luego, secamos el rostro con una toalla limpia y seca, pero sin frotar. Lo idea es utilizar toallas descartables, para no contaminar con gérmenes en futuros usos.

Una vez con el rostro esté seco, aplicamos la loción tónica, para terminar de cerrar los poros, y luego, una crema humectante o nutritiva.

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