Cuando tenemos flores para lucir en un florero, sabemos que durarán solo unos días. ¿Quién no querría alargarles la vida para disfrutar más tiempo de su belleza? Aprendamos entonces algunos trucos para que los ramos y las flores cortadas duren por más tiempo en el interior de nuestros hogares.

Cuando hemos recibido como regalo, como felicitación o simplemente cuando hemos comprado un ramo de flores, lo ideal es mantenerlo en un florero o recipiente por el mayor tiempo posible, para que alegren y vistan nuestro hogar tanto como sea posible.

Al recibir las flores debemos colocarlas de inmediato (o tan pronto como nos sea posible) en un florero, jarrón o recipiente con agua. No será imprescindible contar con esponja vegetal o geles, pero sí debemos procurar agua limpia, que sea cambiada a diario. Podemos reforzar el agua con algunos ingredientes, pero lo más importante es que se trate de agua fresca (ni muy fría, ni cálida o caliente) y limpia.

Para reforzar el agua, podemos utilizar monedas metálicas. También podemos acompañar el agua con una ramita de perejil fresco. Otro remedio casero es reforzar el agua con una mezcla de azúcar y sal en partes iguales, y unas gotas de lejía. Y, claro, el truco más conocido es agregar una aspirina disuelta al agua.

Algunas flores tienen sus propios trucos de perdurabilidad. Por ejemplo, para que los claveles duren más tiempo, podemos agregar al agua un chorrito de jugo fresco de limón y una cucharadita de azúcar.

Las rosas suelen durar menos tiempo del que nos gustaría, pero podemos extender su vida con un truco que es algo laborioso, pero efectivo. Cada noche envolveremos cada rosa con un papel de diario mojado, recubriendo toda la flor. Por la mañana retiramos el papel y tendremos rosas revitalizadas. También se pueden dejar sumergidas en agua fría, dejando las flores bajo agua, aunque correríamos el riesgo de ahogarlas.

También es conveniente arrancar las hojas que estén muy debajo del tallo, y que por ende puedan quedar sumergidas en el agua del jarro, especialmente las rosas. Los crisantemos son la excepción, ya que sus hojas contienen una reserva alimenticia para las flores y, por tanto, conviene conservar.

Si el ramo tuvo que soportar algunas horas fuera del agua, en el coche, o si ya lleva algún tiempo en el florero y queremos revitalizarlo, se les puede hacer un corte transversal a los tallos, a unos dos a tres centímetros desde el extremo inferior, para luego introducirlos en agua bien caliente. Los dejaremos allí hasta que el agua se enfríe y tendremos flores casi como nuevas.

Si no cuentas con un florero lo suficientemente bajo como para que las flores se acomoden (a veces las hay con tallos muy cortos) podemos alargarlas de la siguiente manera: colocamos el tallo de cada flor en una pajita (las que se usan para tomar refrescos) y las metemos en el jarrón. Si es necesario, podemos ir cortando la pajita para lograr distintas alturas y hacer que el arreglo floral luzca mejor.

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