La cocina tiene vida en todo momento, ya que no solo allí preparamos nuestros platos, sino que en ocasiones nos reunimos para degustarlos, y hasta recibimos visitas. Es un ámbito bastante concurrido, y tenerla organizada de manera funcional será muy importante para disfrutarla al máximo.

Foto: Flickr - User: Nancy Hugo, CKD

La cocina es uno de los lugares más acogedores de nuestro hogar, y tiene siempre un atractivo especial, que por extraño que nos resulte, atrae a todos los integrantes de la familia. Bien puede ser porque los aromas de la comida y el momento de preparar los platos más ricos surgen de ese lugar, pero no sólo eso, es muy común que cuando recibimos una visita, por supuesto de confianza, terminemos sentados en la cocina dialogando. Por muchas razones, la cocina puede resultar un sitio muy cómodo de la casa, además de uno de los más concurridos.

Ya sea porque la familia se agrandó, o porque los espacios simplemente ya resultan inadecuados para el nuevo uso que le damos a este ambiente, la cocina es uno de los ambientes que resulta necesario someter a reformas y procesos de reorganización en algún momento. Y llevar a cabo esta tarea puede ser sencillo o dificultoso, dependiendo de cómo la encaremos.

La remodelación de la cocina es un proyecto que no haremos muchas veces en la vida, por lo que si queremos tener éxito al primer intento, hay que planificarlo cuidadosamente. No existen medidas fijas ni reglas de diseño que sirvan por igual para todas las cocinas. Un buen diseño será el resultado de una buena combinación entre funcionalidad y estética.

Los diseños en materia estética pueden ser muy diferentes pero, una cocina bien diseñada no sólo hablará por sí sola de los gustos de sus dueños, sino que se acomodará a las diferentes tallas, edades, limitaciones de movilidad y destrezas de sus distintos usuarios y, por sobre todo, permitirá adecuarse a los cambios que inevitablemente se producirán a través del tiempo.

Pero volviendo al tema de la planificación de nuestra nueva cocina, podemos evaluar si ya es hora de hacerlo en base a las siguientes preguntas:

- ¿Te resulta cómodo trabajar en tu cocina?

- ¿Está organizada de tal forma que la circulación de personas no atraviesa el sector de cocción de los alimentos?

- Las ventanas y las vistas de la cocina ¿están donde quisieras tenerlas?

- ¿Tienes una zona de comedor incorporada en la cocina?

- ¿Tienes un buen lugar para tirar la basura?

- ¿Queda el basurero fuera del alcance de animales?

- ¿Se relaciona la cocina con el resto de los espacios de la casa de la forma que quieres que lo haga?

Si la respuesta a todas o la mayoría de estas preguntas fueron negativas, entonces no lo dudes más y comienza a trabajar en un nuevo proyecto, que con planificación no resultará muy costoso. Debemos evaluar qué deseamos de nuestra cocina, incluyendo los aspectos de espacio y guarda: quizás no necesitemos una cocina más amplia, sino un mueble que nos permita quitar del paso todos los elementos de uso.

Por ejemplo, en muchas cocinas se incluyen mesas que terminan sin ser usadas más que un par de veces al mes. Por eso, quizás en lugar de ampliar la cocina, convenga eliminar esta mesa y colocar, por ejemplo, una isla de corte más funcional. También las alacenas pueden ser adecuadas a un mejor uso: en lugar de construir alacenas nuevas, podemos darles una buena mano de pintura acorde al nuevo estilo de decoración y darles un uso más eficiente. Una manera de hacer esto es colocando, por ejemplo, algunos de los accesorios, utensilios y ollas, sujetos a la pared o al techo, con soportes y sistemas de cuelgue. Esto descongestionará tus alacenas y bajomesadas, y dará a tu cocina un aspecto moderno y profesional.

La guarda de electrodomésticos suele convertirse en todo un problema, que nos lleva a pensar en la necesidad de ampliar el espacio para no tener que lidiar con meterlos y sacarlos de alacenas, cajas y demás. Por ello, una buena idea es dejarlos en la mesada, bien colocados en un espacio óptimo y adecuado, y cubrirlos con cobertores plásticos. De esta manera estarán siempre a mano y bien protegidos, dejando espacio libre en las zonas de guarda.

Usualmente se mantiene la vajilla y la cristalería en la cocina. Esto resulta poco funcional y, además, poco higiénico, ya que exponemos estos elementos a grasas, vapores y otros elementos. Ante esto, quizás una buena idea es guardarlos en un mueble en el comedor, de modo tal de liberar la cocina y su espacio, y también de darles una guarda más eficiente, higiénica y saludable.

Veamos algunos consejos para disponer cada uno de los utensilios, reorganizar y decorar la cocina:

Los utensilios.

Como comentamos anteriormente, si no tienes suficiente espacio donde guardar las cacerolas, los sartenes y las espumaderas, una buena idea es fijarlas a las paredes o colocar una barra entre anaqueles para colgarlos allí, mediante ganchos en forma de S.
Compra jarrones de cerámica para tener a mano las cucharas de madera, el rallador, el batidor de alambre y los elementos más utilizados.

Los ingredientes.

Coloca un estante muy cerca de las hornallas conteniendo los frascos con los condimentos. Ubica allí también el aceite de cocina en una botella de vidrio con pico vertedor, para que se vea bonita y puedas tenerla a mano.
Pon en una estantería frascos con los ingredientes más utilizados para no perder tiempo en abrir y cerrar envoltorios.
Intercala elementos dispuestos ordenadamente como ser adornos, recetarios, utensilios, etc.

Los complementos.

Utiliza un dispensador de rollos de cocina cerca de las hornallas. Puedes realizarlo artesanalmente con una varilla encastrada en una linda base de madera.
Coloca un perchero para tener a mano paños, delantales y las clásicas “manoplas” para sostener las cacerolas.

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