Un dormitorio debe ser el lugar donde mejor nos sintamos dentro de la casa, ya que allí es donde reposaremos y recargaremos las energías que nos permitan llevar a cabo las actividades diarias.

El dormitorio es, para muchos de nosotros, un verdadero santuario. Se trata de la habitación más íntima de la casa, donde no sólo conciliamos el sueño y el descanso, sino que es allí donde hacemos comunión con nosotros mismos, hacemos la evaluación final del día, y comenzamos a prepararnos para cada jornada. Por ello, la habitación debe ser ambientada, decorada y proyectada de forma funcional, práctica y efectiva, desde múltiples puntos de vista.

Además de responder a una necesidad especial, de ser un lugar calmo y apacible a nuestro gusto, la habitación debe ser cómoda y práctica. Debe permitirnos movernos a gusto, con suficiente espacio de guarda y divisiones adecuadas para conservar nuestros bienes y nuestra ropa (en caso de que no contemos con un vestidor independiente) resguardada y en orden.

Con respecto al mobiliario de la habitación, debemos contar con una cama de dimensiones apropiadas y con un colchón cómodo y específico para nuestras necesidades, en particular cuando sufrimos de condiciones musculares u óseas específicas. Siempre debemos tener más de una almohada, que nos permita elevar la cabeza en una pose cómoda si queremos leer o estar reposados.

También será conveniente contar con, al menos, una mesa de luz o mesa auxiliar, para conservar a mano los elementos que podamos necesitar al estar acostados (un reloj despertador, un vaso de agua, un libro u otros).

Luego, será conveniente contar con una mesa de tocador, en lo posible con cajones de guarda, para conservar allí nuestros elementos de higiene y cosmética, como maquillajes, cremas y demás. Para las mujeres, nos será por demás conveniente que este mueble cuente con un espejo, y que esté ubicado en una zona bien iluminada para facilitar las labores.

El ropero o armario debe ser espacioso y contar con espacio de guarda en cajones, estantes, y caño de colgar. Podemos adaptar un espejo de cuerpo completo en su puerta, para corroborar nuestro atuendo al vestirnos.

En cuartos con mucho espacio, tener un sillón cómodo con apoyo para los pies no sólo será práctico, sino que nos facilitará el descanso, el relax y la calma fuera de la cama. Lo mejor es ubicarlo con una fuente de iluminación independiente (como una lámpara de pie) para poder aprovecharlo en la lectura y en labores manuales relajantes.

Para finalizar, quienes tengan mayor espacio podrán contar con otras piezas de mobiliario, como zapateros o muebles altos, para la guarda de otros enseres y objetos. Procurá mantenerlos hacia las paredes, para que no interrumpan el paso o la circulación y para que no bloqueen la luz natural de la ventana, sumamente beneficiosa para un disfrute total de la habitación.

¿ Qué hay de la decoración?

La decoración y el diseño general de una habitación es esencial para lograr un reparador descanso y una correcta relajación. Si bien existen ciertos consejos que pueden ser aplicados virtualmente a cualquier habitación, tales como la acomodación de muebles y las paletas cromáticas a escoger, la habitación debe ser decorada a partir del gusto y la necesidad de quien o quienes las habiten.

Por ejemplo, si bien se aconseja el uso de colores suaves y relajantes en cualquier habitación, los adolescentes suelen preferir colores vivos y luminosos. Por eso, debemos escoger aquellos tonos más adecuados según sus gustos, en la intensidad y saturación más adecuada, que permitan el relax al mismo tiempo que logren aportar alegría y vivacidad.

Respecto de la iluminación, debemos diseñar un sistema que permita la iluminación más intensa sólo en zonas de necesidad. Lo ideal es mantener buen nivel de iluminación natural durante el día, y por la noche se recomienda una luz central amplia para las habitaciones infantiles, una luz tenue para la habitación de bebés, y varios puntos lumínicos para las habitaciones de adultos.

Los adolescentes necesitan de un espacio de libre creatividad. Lo mejor es dejarles la posibilidad de decorar ellos mismos sus habitaciones, volcando su personalidad en ellas, siempre bajo la tutela de un buen consejero respecto de la disposición mobiliaria y los colores. La colocación de afiches y pósters será un buen recurso, que exprese los gustos del adolescente, aunque la exhibición de premios y diplomas también estimulará su educación y esfuerzo académico, deportivo y demás. Si los hijos comparten la habitación, lo mejor será intentar dar a ambos la posibilidad de decorar su división del ambiente, intentando una estética funcional en la tarea.

La habitación del bebé en cambio, debe ser lo menos saturada posible, con colores pastel suaves, para estimular su descanso. No es recomendable colocar demasiados objetos decorativos u otros elementos, tales como cuadros, animales de peluche, juguetes u otros. También es recomendable guardar los juguetes y elementos en cestas o cajones, en lugar de utilizar estanterías, ya que estas podrían significar un potencial problema en la seguridad del pequeño cuando comience a circular por su habitación.

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