La lectura es una actividad única, ya que permite imaginarnos mundos, aventuras y personajes a través de nuestra mente y el texto. Sería ideal contar con un rincón para leer en todos los hogares, y para crearlo podemos seguir estos consejos.

La lectura es un placer que todos podemos darnos, sin costo y sin esfuerzos. Mediante la lectura podemos viajar, imaginariamente, para descubrir lugares remotos, podemos conocer a personajes interesantes, entretenernos o emocionarnos con diferencia de pocas páginas. Por ello, tener en nuestro hogar un rincón de lectura que motive la práctica de esta maravillosa actividad es casi una obligación que podemos cumplir con simples retoques.

Debes elegir el lugar donde crearás tu rincón de lectura. Escoge un sitio confortable, bien iluminado de día, aunque no uno que esté directamente frente a una ventana, pues el brillo del sol podría alterarte y dificultar la lectura, dañando o molestando a tus ojos. También este rincón o este sitio no debe tener corrientes de aire, y en lo posible, debe estar en un lugar estratégico con respecto de la calefacción o de la ventilación, a todas épocas del año.

Retira los elementos que haya en este rincón, liberando el espacio para colocar la pieza base: el sillón. Este sillón debe ser confortable, debe permitirte una posición cómoda y distendida, aunque apta para la lectura. Esto significa que el sofá debe permitirte mantener una posición relativamente recta, que no sea demasiado erguida ni demasiado tumbada hacia atrás. Coloca pequeños almohadones para ayudarte a mantenerte cómodo. También asegúrate de elegir un sofá que cuente con apoyabrazos, para posar allí tus codos mientras sujetas tu libro.

Dependiendo de tu gusto, puedes colocar también un apoyo para los pies, que los eleve del piso sin dejarlos al nivel de las rodillas, sino apenas más abajo. Si el frío es un problema que te afecta, coloca una alfombra gruesa debajo del sofá.

Es ideal colocar una biblioteca a corta distancia de este sillón, para colocar allí tus libros, de modo que queden al alcance de tu mano cuando estés sentado y dispuesto a disfrutar de la lectura. Ya que el placer de leer nos invita a permanecer en una misma posición durante largos ratos, es buena idea colocar una manta liviana que quede al alcance de la mano, para cubrir tus pies o piernas si lo necesitas.

Finalmente, la iluminación es clave en este emprendimiento. Debes aprovechar la luz solar diurna y, durante la noche, debes valerte de una lámpara artificial. Elige una lámpara de piso que sea no menos que cincuenta centímetros más alta que el respaldo del sofá, de modo de asegurar una iluminación general suficiente, que abarque toda la zona. Colócala por detrás del sillón, levemente hacia uno de sus costados (el opuesto a la ventana que tengas, si la hay), para ocultar su pie y para que la iluminación sea directa, sin hacer sombras en las páginas.

Procura que la lamparilla sea una de bajo consumo, de entre 14W y 19W, de luz cálida (es decir, que no sea totalmente blanca). Ello te ayudará en la lectura, sin fatigar tus ojos ni provocar brillos indeseados en las páginas de tu libro.

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