Los niños y las verduras pueden ser buenos amigos
Sabemos que los niños y los vegetales no suelen ser buenos compañeros. Por eso, en esta nota veremos algunos pequeños trucos para incentivarlos a su ingesta, y además, algunos consejos para enseñarles la mejor manera de alimentarse desde la mesa y en familia.
Las abuelas decían que “al corazón de un hombre, se llega por la panza”. Pues con los niños ocurre algo similar: a la mente de los niños, se llega por medio de sus ojos. Si tan sólo ponemos allí, frente a ellos, un plato de vegetales al vapor, seguramente lo que obtendremos a cambio será una mirada de desprecio hacia el plato, hacia nosotros, hacia los condimentos y hacia todo lo que le rodee. Pero en cambio, si logramos acomodar sus vegetales de maneras artísticas y creativas, la historia cambiará, y mucho.
Por ejemplo, la zanahoria, ya sea cruda o al vapor, puede ser cortada en rebanadas y acomodada en el plato en la forma y figura que más le interese al niño. Si se trata de una niña, quizás podemos disponer las rodajas de zanahoria en forma de flor, con un centro de tomate cherri, un tallo de espárrago, hojas verdes, e incluso una rodajita de huevo duro, simulando un bello sol. Si se trata de un niño, en cambio, podemos crear un estupendo coche con hojas verdes, brócolis como faros, zanahorias como ruedas, una buena pista de espárragos, y algunos detalles creados con condimentos para dar el toque final.
También hay otro truco que llama la atención a los niños y los incentiva a la alimentación, ya sea de frutas y verduras, o de cualquier otro tipo de alimentos: comer con las manos. Cuando el niño, acostumbrado a comer con cubiertos, descubre que hay un único plato que tiene permitido devorar con sus manos, casi jugando con la comida, seguramente estará esperando el día en el que haya en la mesa un buen plato de vegetales.
Se trata de comer de manera entretenida, eso es lo que los motiva: no lograremos nada tan sólo informando al niño que es una comida saludable, y que debe comerla “porque le hace bien”… eso llegará con la edad. Mientras tanto, mejor ceder permitiendo que juegue en la mesa a cambio de que ingiera un plato nutritivo.
La próxima vez que hagas vegetales para los niños, o que quieras servir un plato de frutas mixtas, puedes pedirles ayuda. Colaborando contigo en la cocina, en la creación de un plato original para sorprender a tu pareja, o a sus hermanitos, o simplemente para divertirse. Esta participación también será importante a la hora de enamorar a los pequeños del mundo vegetal.
La mejor alimentación comienza en familia… y en la mesa
Compartir la comida en familia es una excelente oportunidad para poder fomentar una buena actitud ante los distintos tipos de alimentos, especialmente a los niños. Además de permitir ir desarrollando buenos hábitos alimenticios, el compartir la comida en familia también nos da la posibilidad de interactuar entre los integrantes y ser un momento de dialogo, en donde podremos saber lo que hacemos cada uno alrededor de una mesa.
Esta reunión nos asegurará el consumo de alimentos nutritivos, la posibilidad de integrar nuevos alimentos y establecer un horario para hacerlo todos juntos. Es más, si hay un niño excedido en peso, sería bueno no prepararle una comida diferente a la de los demás, sino que todos consuman lo mismo que él, ya que seguramente será una comida muy nutritiva y baja en calorías. Además, esto generará en el niño un sentimiento de apoyo por parte de su familia que será muy importante para continuar con su dieta.
Otro punto a tener en cuenta, es el establecer un determinado horario para comer. Si no existe ese horario, los niños tienden a comer a cualquier hora, y no alimentos, sino refrigerios muy poco nutritivos y con muchas calorías.
Planear las comidas es otro factor a tener en cuenta; por lo general los platos planeados con anterioridad son mas nutritivos e hipocalóricos que aquellos hechos en poco tiempo y a las apuradas. Lo ideal, es planear la comida para toda la semana, de esa forma podemos comprar los alimentos todos de una vez y comer más sano.
Podemos permitirle al niño algunos refrigerios previos al momento de almorzar o cenar, pero éstos deben ser nutritivos (un yogur, una barra de cereal, una fruta) y hacerlo por lo menos una hora antes del horario de la comida.
Si no es posible juntar a la familia para todas las comidas, se puede hacer por lo menos dos veces al día. Buenas opciones son el desayuno y la cena.
Cuando los hijos son mas grandes y si no podemos ir a casa en alguno de los horarios de la comida, es muy importante enseñarles cuáles son los alimentos mas nutritivos y saludables para su organismo. Podemos dejarles viandas hechas y varios refrigerios sanos a elección.
No es necesario que el niño se coma todo el plato si no lo desea, si ya se siente satisfecho y consideramos que se ha alimentado bien, es mejor que deje de comer.
Se aconseja enseñarle a comer despacio, que dejen el tenedor a un lado entre bocado y bocado, que solo se meta un bocado a la vez, y si desea repetir, que lo haga un rato después de haber terminado el primer plato (la segunda ración debe ser la mitad de la primera).
Por último, todos estos momentos deben compartirse en la mesa, no frente a la tele o la computadora, ya que deben ser situaciones relajantes para estar tranquilos y no haciendo otras actividades a la vez. Es una buena manera de mantener los lazos familiares fuertes compartiendo una alimentación sana y nutritiva.
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