Ahorrar no significa evitar consumirla, sino hacerlo con respeto y sin derrocharla. El agua es un líquido vital para la supervivencia de las personas, animales y plantas, y se está volviendo cada vez mas escasa. Aprendamos a reducir su consumo cambiando hábitos y detectando fallas.

Es un recurso natural renovable, pero el abuso que estamos haciendo de ella es superior a su renovación, por lo que es imperativo empezar a economizar en su utilización diaria.
Según estudios realizados, se piensa que en el año 2050 la escasez de agua será muy importante, y digamos que este estudio puede que sea muy optimista.

Es importante prestar atención a cualquier pérdida que pueda haber en canillas, uniones y cañerías. Cuando gotean, debemos cambiar el cuerito lo antes posible. La reparación es muy económica y ahorra miles de litros.

Para tener una idea del gasto, se calcula que una canilla que pierde gotas de agua, suman al terminar el día unos 46 litros.  Si lo que sale de la canilla es un hilo muy fino de agua, estaremos hablando de unos 2.000 litros diarios, y si se trata de un chorro un poco más grueso, puede demandar de 11.000 a 30.000 litros al día.

Por otro lado, si el flotante del tanque del inodoro funciona de manera deficiente, gastaremos 4.500 litros sin sentido. Teniendo en cuenta estas cantidades, es necesario verificar la existencia de perdidas y arreglar el desperfecto de manera rápida.
Si cuentas con un medidor, puedes hacerlo de la siguiente manera.

Cierra todas las canillas, apaga todos los aparatos en base a agua (lavarropas, lavavajillas, etc.) y fíjate si el molinete del medidor gira. Si es así, quiere decir que en algún lugar hay una pequeña fuga. Si por el contrario, se encuentra totalmente quieto, será porque en tu casa no hay ninguna pérdida de agua.

Si hablamos de la  mochila o depósito del baño, reducir la capacidad que poseen puede ser una buena alternativa para ahorrar agua. Así, cada vez que tiremos la cadena, en lugar de gastar alrededor de 16 litros (capacidad aproximada) podemos gastar mucho menos. ¿Como?

Difícilmente son necesarios esos 16 litros cada vez que utilizamos el inodoro. Entonces, no habrá problema si reducimos la capacidad colocando dentro de la mochila algunos ladrillos o pequeñas botellas llenas de agua o tierra. Estos elementos ocuparán espacio y el depósito se llenará con menos líquido.

El ahorro de agua no solo pasa por reparar perdidas, debemos también cambiar los hábitos, por ejemplo, al momento de ducharnos. Tomemos baños más cortos y evitemos el uso de la bañadera.

Otra mala costumbre es dejar abierta la llave de agua mientras nos enjabonamos las manos, cepillamos los dientes o afeitamos. Debemos dejarla abierta solo en el momento en el que la usamos, y luego hay que cerrarla.
Por el contrario, una buena costumbre será llenar la pileta de agua cuando lavemos los platos, en vez de dejarla correr.

Si en nuestro jardín hay una piscina, para que el agua dure mucho mas tiempo y no tengamos que cambiarla muy seguido, debemos utilizar cloros y filtros recomendados.

Es conveniente regar el jardín durante la mañana temprano o por la noche, en lugar de hacerlo en horarios de calor donde se evapora rápidamente. Además, es más provechoso para las plantas, ya que absorben mejor el agua y no se queman por los rayos del sol

Cuando lavemos el auto debemos hacerlo con un balde y esponja, ahorraremos muchísima mas agua de lo que imaginamos si evitamos el uso de la manguera.

Al lavar en lavarropas debemos utilizar la carga completa, y para no tener que usar el prelavado, podemos refregar la parte de la ropa que se encuentra más sucia con la mano. Además, notaremos que las prendas salen mas limpias.

Comencemos a cambiar los hábitos y eduquemos a nuestros hijos, futuras generaciones de este mundo, para que comprendan la importancia del correcto uso y mantenimiento de este vital elemento.

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