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Sexo en la oficina: riesgos y tentaciones

24 abril 2012 Sin comentarios

Mantener relaciones sexuales en la oficina supone una fantasía, pero también un alto riesgo de tener problemas. Piensa dos veces antes de hacerlo, ya que hay más por perder que por ganar.

Si tienes una relación amorosa con un compañero de trabajo, las oportunidades de quebrarte y de no poder posponer el deseo que te embarga son muchas, pero… no siempre estos encuentros furtivos suceden como una aventura para recordar.

Para una relación de amantes, las razones para sucumbir en el lugar de trabajo son numerosas: adulterio, realización de una situación muchas veces fantaseada, adrenalina que se dispara ante la situación desafiante. Muchas veces un poco de todo, pero pocas veces sin consecuencias reales, por lo tanto lo mejor que puedes hacer es tomar nota y saber de las probables (más bien, casi seguras) consecuencias que estos emocionantes encuentros en tu lugar de trabajo y con un colega pueden ocasionarte.

Sin pretender ser “aguafiestas”: ¿Crees realmente que tener sexo furtivo en tu lugar de trabajo es genial?
Desde el punto de vista legal, en la mayoría de los países no existe una ley que manifieste expresamente la ilegalidad de la acción. Es decir, no vas a ir preso por mantener relaciones sexuales en algún rincón de tu oficina. Por supuesto, siempre y cuando este encuentro sexual sea consensuado y consentido, que no forme parte de un acoso sexual por parte de un colega o de un superior y al que te sometas (aunque no sea violación) para no perder tu trabajo.

Tampoco pueden licenciarte sin otorgarte los derechos que mereces por esta conducta ya que tampoco está previsto por las leyes laborales (te pueden dejar afuera, pero deben indemnizarte porque puedes apelar por despido abusivo).

Tus superiores pueden argumentar que tu conducta atenta contra el buen y normal funcionamiento de la empresa. Esto también ha sucedido con parejas casadas que han mantenido relaciones sexuales en los lugares de trabajo, y la causa esgrimida por los empleadores fue de “flagrante delito” por exhibicionismo obsceno.

Sexo en el trabajo: de la fantasía a la realidad

Los psicólogos ven en este juego sexual la tentación picante de exhibicionismo o la adrenalina que surge del riesgo de ser sorprendidos. Si bien reconocen que pasar ocho horas diarias compartiendo tareas, tensiones y proyectos estimula el coqueteo y hace que un trabajo rutinario sea un poco más soportable, concretar encuentros sexuales en lugar de trabajo es otro tema.
El riesgo de que un tercero los vea supera el contexto de una fantasía ya que, por lo general, una fantasía es sólo eso, un estímulo divertido e inofensivo y que podemos concretar si no hay otros valores e intereses en juego, más que la realización de la fantasía misma.

Debes saber que aún cerrando con llave la puerta de la oficina o del lugar escogido en un lugar de trabajo no te exime de la acusación de exhibición sexual, y desde ese punto de vista, incluso para el más liberal, la actitud es censurable, fuera de lugar y hasta reprochable. (En un caso en que fueron llevados a litigios dos compañeros de trabajo “pescados in fraganti” adujeron que mantener relaciones sexuales en la oficina mejoraba notablemente sus respectivos rendimientos… alegato que no funcionó ya que perdieron el caso).

Suponiendo que tus encuentros sexuales no sean sorprendidos por tus superiores en plena faceta de ejecución y no tengas miedo a ser despedido, sí debes considerar que tus compañeros más próximos percibirán el hecho y se pondrán en marcha los chismes, existentes en absolutamente todos los lugares de trabajo en el mundo entero donde hay más de dos empleados. Y las murmuraciones van minando tu credibilidad y tu prestigio.
No dudes en que aún, si tus encuentros sexuales no son descubiertos, los murmullos aparecerán de todos modos.

También debes evaluar que un encuentro sexual furtivo con un compañero con el que no tienes una relación afectiva real puede llegar a convertir tu lugar de trabajo en una tortura. Debes seguir viéndolo a diario y, muchas veces, lo que para ti significó el inicio de una relación para el otro sólo fue la realización de una “fantasía”.

Si son casados la situación empeora, porque la relación con un colega durante las horas de trabajo perturba la intimidad de la pareja establecida y enrarece el clima laboral. En caso de ruptura, es casi imposible volver a compartir tareas y muchas veces incluso el espacio físico.

Por eso, a la hora en que las hormonas afloran y sientas deseos de tener sexo en tu lugar de trabajo, lo mejor, desde todo punto de vista, es prudencia y pudor.

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