Nuestros pies nos llevan a todos los lugares que queramos. ¿Como no darles unos masajes a modo de agradecimiento por tanta compañía? Aprendamos algunas rutinas sencillas para relajarlos y embellecerlos.

Al terminar el día nuestros pies parecieran no querer más. Es que, sin importar específicamente cuáles hayan sido nuestras actividades diarias, entre quehaceres, labores, deportes y otros, han permanecido activos y bajo exigencias fuertes desde el mismo momento en que nos despertamos esa mañana. A partir de ello, sufrimos dolores, malestares, y nuestros pies van perdiendo su belleza y salud.

Los zapatos, ya sean botas, tacones o zapatos de vestir, obstaculizan la circulación a los pies cuando son demasiado ajustados. Para revitalizar la circulación sanguínea en nuestros pies, podemos utilizar una botella vacía o una pelota de tenis, para darles un masaje sencillo y muy efectivo.
¿Como funciona? Es sencillo. Colocamos la botella o la pelota en el piso, ponemos nuestro pie descalzo sobre ella, y la vamos moviendo, hacia delante y atrás, si es una botella, o en pequeños círculos por toda la planta del pie, si se trata de una pelota. Notarás que reconfortante es este masaje, sencillo y sin necesidad de molestar a nadie.

Otra manera de relajar los pies es desnudarlos. ¿Como? Hagamos de cuenta que somos niños de nuevo, y caminemos descalzos en lugares seguros, sobre el pasto, la arena, las alfombras, etc. Este es un ejercicio muy saludable para ellos, ya que activará la circulación y ayudará a que transpiren libremente, descansando mejor por no tener nada que los oprima.

Otro gran truco para relajar y descansar nuestros pies es darles un baño de remojo con aguas caliente y fría. Esto los relaja, los descontractura, y también colabora en revitalizar la circulación.
La técnica es así. Frente a un sillón cómodo, colocamos dos palanganas, una de agua caliente (si queremos, podemos agregar sales, aunque no es imprescindible) y en la otra con agua fría. Remojamos los pies en el agua caliente por uno o dos minutos, y luego los llevamos directamente al agua fría, por dos minutos más. Repetimos esta operación cuantas veces queramos, y finalizamos la rutina con los pies sobre el agua fría.

Si tenemos los talones agrietados, los pies resecos y la piel deslucida, también podemos hacer rutinas de belleza y salud para renovarlos. Por ejemplo, para los talones resecos, partimos una cebolla por la mitad y ahuecamos un poco al centro. Colocamos sal en este hueco y dejamos reposar durante unas seis horas dentro de un recipiente. La sal deshidratará la cebolla, y el líquido que desprenderá es fenomenal para los talones resecos. Sólo debemos aplicarlo con un pincel o un algodón, y dejarlo actuar. También podemos calentar o entibiar la mitad de un limón y frotarlo por los pies, para banquearlos y dejarlos más sanos y bellos.

Para limpiar la piel de los pies, podemos frotarla con una pasta hecha con el café del filtro usado, mezclado con una cucharada de glicerina, jugo de limón y, si lo deseamos, agua de rosas. Humedecemos los pies y los frotamos con esta pasta, dejando actuar por unos minutos. Por último, aclaramos con agua tibia.

Finalmente, hay una receta casera infalible para relajar y embellecer los pies. Fundimos tres cucharadas de manteca de cacao al calor, y le agregamos dos cucharadas de jugo de pepino y dos cucharadas de aceite de almendras dulces. Removemos para hacer una pasta y aplicamos sobre los pies, dándoles masajes. Dejaremos actuar unos minutos y aclaramos con agua tibia. Esta receta también es muy efectiva para las manos y los codos.

Un auto-masaje, o con compañía:

Si tienes la suerte de contar con un compañero que te brinde unos masajes en los pies, bienvenido sea. De lo contrario, no será impedimento. Aquí van las instrucciones para hacer o hacernos un excelente masaje en los pies:

- Desliza las manos en el pie desde los dedos hasta el tobillo. Repite hasta que sientas el pie relajado y cálido.
- Levanta el pie con una mano y con la otra muévelo en forma rotativa, de izquierda a derecha y viceversa, dos veces a cada lado. Tus movimientos deben ser suaves y lentos.
- Usando tu dedo pulgar, presiona diferentes puntos en la planta del pie, repite hasta que todo el pie este completo.
- Usando tus dedos índice y medio, presiona con movimientos circulares el área del tobillo.
- Realiza un masaje en cada uno de los dedos del pie, usando tus dedos pulgar e índice. Rota cada dedo del pie en ambas direcciones y estíralo suavemente. Repite este paso tres veces y al final estira con más firmeza cada dedo.
- Aplica un masaje en todo el pie aplicando presión con tus manos. Los movimientos tienen que ser contrarios a la circulación.
- Al final del masaje, con una mano eleva el pie, con la otra empuja el pie en dirección a la pierna, y repite dos veces.

Compártelo