El uso de hoja de la planta de Aloe Vera en remedios caseros es muy conocido. Veamos como cuidar la planta y cortarla, para aprovechar todas sus bondades sin maltratarla.

Hasta hace no muchos años el Aloe Vera era un cactus más que crecía como yuyo en los jardines poco ciudados. Hoy, es toda una celebridad en el ambiente de la medicina natural y año tras año se van conociendo nuevas propiedades y “bondades”.

El Aloe Vera no tiene ningún uso comestible, pero si múltiples usos medicinales. Lo podemos encontrar en forma natural (planta) pero también en cápsulas o tabletas.

Esta planta crece en grupo y se caracteriza por sus hojas carnosas y rodeadas de espinas. Se desarrolla mejor en lugares soleados y con tierra húmeda. Puede llegar hasta los dos metros de altura.

El Aloe Vera puede soportar sin problemas el frío, no así la humedad excesiva, por eso el suelo que elijamos debe poseer un buen drenaje, así sea en macetas o directamente sobre el suelo.
Si en la zona en donde vives las temperaturas bajan a menos de 0º es conveniente proteger al Aloe Vera durante esos días.

Si vamos a sembrar, lo debemos hacer a partir de acodos que retirados de la planta madre. Esta tarea se lleva a cabo con facilidad, porque las raíces del Aloe Vera no son profundas. Para asegurarnos un buen resultado, el acodo elegido debe tener unos 15 cm de longitud.

Si no retiramos los retoños de la planta madre, puede ser que comiencen a consumir todos los nutrientes y que la planta mayor comience a sufrir alteraciones en su desarrollo. Por eso, se aconseja retirarlos si no se replantarán para que la planta madre pueda seguir manteniéndose fuerte.

Las hojas del Aloe Vera son las que se utilizan como remedios naturales. Hay varias formas de utilizarlas, ya sea para preparar infusiones, aplicar sobre la piel, hacer polvo de Aloe, etc.

Para conservar las propiedades curativas de las hojas y no dañar la planta de Aloe Vera, solo debemos cortar las que necesitemos y en el momento en que las vayamos a utilizar. Luego de ser cortadas, las hojas van perdiendo sus propiedades con el paso del tiempo, por lo que es importante utilizarlas enseguida.

Es conveniente cortar plantas con más de 3 años de vida, ya que a esta edad el Aloe tiene más poder para regenerarse.
Las hojas mas grandes y antiguas (las de abajo) y lo más cercanas posible del tallo, son las mas adecuadas para utilizar. El corte debe hacerse con un cuchillo o tijera filosa.
El grosor de la hoja disminuye en la zona cercana al tallo, y entre más delgada sea la hoja, mucho mejor.

Para conservar las hojas ya cortadas lo mejor es colocarlas en la heladera envueltas en papel de aluminio. De todos modos, no debemos dejar pasar más de 3 o 4 días para utilizarlas.

Es conveniente, de acuerdo a su crecimiento, cambiar el aloe vera cada año de maceta y fertilizarlo una vez al año.

La planta de aloe vera no debe regarse con frecuencia, pero si con profundidad. Para saber en que momento necesita del riego, basta con hundir un dedo hasta la altura del nudillo y si sentimos que la tierra está aún húmeda, será que aun no necesita agua. Si por el contrario, sentimos el suelo seco, es hora de una buena regada. Lo ideal es utilizar agua de lluvia en lugar de agua de riego que puede contener demasiado cloro en su composición.

Luego de plantar el acodo, no lo riegues durante unos 10 días, que será el tiempo en que tardarán en sanar las heridas que le provocamos al retirarlo de la planta madre.

El aloe vera es una planta bastante resistente, con sencillos cuidados podremos lograr que se mantengan saludables por muchos años.

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