En el día a día nos encontramos con manchas difíciles que afectan contra la apariencia y el estado de nuestras prendas. No es necesario gastar en productos extra para quitarlas, en la alacena de nuestra cocina encontraremos grandes aliados contra esas manchas que no quieren salir de nuestra ropa.

Prendemos la tele y vemos en las tandas publicitarias un montón de productos que se jactan de quitar las manchas más difíciles, y observamos como una media sale negra en comparación con la que se lavó con ese producto maravilloso… ¿Mentira publicitaria o verdad?
La cuestión es que comúnmente nos enfrentamos a esas manchas difíciles de quitar, y cuando comprobamos en carne propia que el producto que nos recomienda esa celebridad no dio los resultados tal como nos prometió, nos encontramos nuevamente en la duda de cómo quitarla definitivamente.

Por fortuna, tenemos muchos trucos a disposición para eliminarlas, todos caseros, sin necesidad de químicos extraños, cada uno con sus detalles especiales, pero con igual facilidad.

Por ejemplo, para eliminar una mancha de vino tinto, podemos usar un chorrito de vino blanco (si estuviera húmeda), o espolvorearla con sal y leche caliente (si está seca). Luego, llevaremos la prenda al lavarropas para lavarla como siempre. Otra opción es pasar por las manchas un poco de jugo de limón y lavar la prenda inmediatamente.
Si la mancha es muy antigua, se deberá remojar previamente en alcohol durante unas horas antes de lavarla con detergente.

Las manchas de desodorante de las axilas en las prendas logran arruinar toda su apariencia. Para eliminarlas, frotaremos con un algodón humedecido en amoníaco, y luego dejaremos en remojo en agua tibia enjabonada antes de lavar en lavarropas. Esto es ideal para prendas de lana, de algodón y hasta de seda.
También podemos probar remojando la prenda en agua tibia con unas rodajas de limón, y dejando actuar previo al lavado convencional. Otra técnica consiste en frotar la zona de la mancha con una mezcla de jugo fresco de limón y bicarbonato de sodio, aplicado con un hisopo o cotonete, con el que debemos frotar las manchas durante un minuto, y luego lavar de manera convencional.

Si hubiera manchas de óxido en la ropa o en las telas, simplemente las frotaremos con jugo de limón fresco y las dejaremos al sol, en caso de que sea de tonos claros. Si es de color, la dejaremos a la sombra, al aire libre, y luego lavaremos como de costumbre. Si hubiera manchas amarillentas, podemos humedecerlas o frotarlas con leche y ponerlas al sol para aclararlas.

Para quitar manchas de café, té o mate, podemos mezclar vinagre blanco (de alcohol o de manzana) y alcohol medicinal en partes iguales. Aplicamos sobre las manchas, frotando con los dedos o con un algodón, y dejamos actuar unos minutos antes de lavar en lavarropas. También suelen quitarse remojando la prenda en agua tibia con jabón (ojo, hay que fijarse que la prenda resista el agua a esta temperatura)  y frotar un poco. Utilizaremos agua oxigenada diluida para eliminar los restos.

Las manchas de aceite deben frotarse con jabón líquido en seco, antes de lavar con agua, teniendo cuidado si las prendas son de algodón lavado, porque podría quedar un cerco blanco. Otra opción es mojando la mancha con agua y luego aplicarle alcohol (90°) con un poco de vinagre blanco. Posteriormente, se lava como de costumbre.

Para quitar manchas de grasa, se utiliza espuma de afeitar para cubrir la misma, y luego de dejar pasar unos cinco minutos, se frota con abundante agua mineral.
Otra posibilidad es utilizar detergente, frotando con este producto sobre la mancha antes de meter las prendas en la lavadora.

Para quitar las manchas de sangre en las prendas lavables, se deben limpiar lo antes posible con detergente y agua fria (ya que la caliente fija la mancha). Se puede añadir un poco de amoníaco al detergente para su acción, y si quedan restos o cercos, se añadirá una aspirina al agua del aclarado (también es posible utilizar lejías para ropa blanca o de color con el mismo efecto). Otra opción sera frotar las manchas con una pasta preparada con agua y almidón en polvo.

Las manchas de barro se quitan aplicando sobre la prenda una yema de huevo, lo cual hará que el barro desaparezca más fácilmente. Luego, se debe enjuagar el huevo con agua tibia, y si quedan huellas de grasa, se eliminan con alcohol de 90º.
Otra forma de quitar la mancha de barro será dejando secar la prenda, y luego cepillar para quitarle los restos. Luego, se lava normalmente con agua tibia y detergente.
Si una vez empleadas estas técnicas aún queda suciedad, se puede aplicar en las zonas sucias limón y sal. Se deja secar y luego se enjuaga con agua.

Las manchas de chocolate pueden ser muy peligrosas. Afortunadamente, existen varios trucos que nos permitirán quitarlas. Podemos frotar la mancha de chocolate con jugo de limón, siempre y cuando estemos seguros que el ácido del limón no dañará el color del tejido. También podemos preparar una mezcla de glicerina y yema de huevo, colocarla sobre la mancha, y cuando se seque, frotaremos con un cepillo.
Si la prenda es de algodón, debemos frotarla con una pastilla de jabón en seco y después enjuagar con agua tibia. Si son tejidos lavables, lavamos primero con agua fría para eliminar los colorantes, y luego con agua caliente, para quitar los restos grasos. Por el contrario, si se trata de una prenda no lavable, frotaremos la mancha de chocolate con una mezcla de alcohol y amoniaco en partes iguales.

Por último, otra mancha difícil de quitar es la de tinta. Rociaremos con atomizador para el cabello la parte afectada, luego pasamos un trapo limpio y seco, y por último lavamos. Otra manera sera sumergiendo la prenda en leche o jugo de limón durante una hora, para lavarla luego en agua caliente. El alcohol también será un gran aliado.

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