Una pareja sólida construida día a día
Toda pareja pasa por momentos buenos y malos, pero en la balanza, deben prevalecer los primeros para que la relación se vuelva sólida y saludable; y eso se construye día a día…
Dentro de la vida familiar, la pareja, ya sea vínculo matrimonial o unión libre, cumple una función primordial. Cuanto más fuerte sea la relación y la comunión entre ambas personas, más feliz y plena será la vida familiar.
El efecto que tendrá el desarrollar un trabajo en equipo que sea sustento familiar es proporcional a la fortaleza del vínculo entre los cónyuges, y es tarea de ambos trabajar para hacerlo fuerte y positivo, en base al amor, a la confianza y al respeto mutuo.
He aquí unos consejos para trabajar diariamente en el cuidado y fortalecimiento de la pareja.
Tómense tiempo para el diálogo.
Dentro de las ocupaciones diarias, es imprescindible hacerse un tiempo para hablar, planificar, y ponerse de acuerdo en las bases para llevar a buen término la vida familiar. Es importante llegar a conclusiones definitivas en lo referente a la educación de los niños, para no bregar cada uno en dirección opuesta.
Asimismo debe existir el diálogo en base a sucesos triviales y diarios, realizarse confidencias y entregarse con confianza, brindando consejo, propiciando el entendimiento mutuo y la colaboración.
Cultivar el buen humor.
Es una buena idea resolver los momentos de tensión y las brechas de incompatibilidad en base al buen humor. Un chiste o una broma en un momento de tensión obra mágicamente haciendo desaparecer los ceños fruncidos y hará maravillas en el ánimo de todos. Superado de esta forma el momento desagradable, se podrá retomar el tema de forma más positiva y constructiva.
Desarrollar el hábito de las bromas inocentes, las ocurrencias y los chistes también hará sentir a la pareja y a los niños más seguros, optimistas y despreocupados.
Hacerse un tiempo para renovar el romance.
En lo que atañe a la relación de pareja, este es el elemento más importante. Se debe pensar en complacer al otro con pequeños detalles diariamente, posponiendo un poco nuestra propia comodidad.
Una buena idea es después de una jornada agotadora, levantarse temprano y llevarle a la cama un desayuno hecho con nuestras propias manos; comprar un ramo de flores al volver del trabajo, realizar una tarea que sabemos no es agradable para el otro, pensar en lo que pueda hacerle falta, etc. Estos detalles de atención recordarán a nuestra pareja nuestro amor y debemos siempre tenerlos en nuestra mente.
Debemos planificar salidas en pareja a cenar, al cine o a pasear; llegar con la sorpresa de unas entradas para la Ópera, para el ballet, para un viaje. La idea es eludir siempre la rutina y renovar constantemente el romance.
Saber pedir disculpas y aceptarlas con sinceridad
Una de las claves fundamentales para lograr una relación de noviazgo o matrimonial saludable y exitosa, es aprender a pedir disculpas, a decir “lo siento”. Pero atención, que ese arrepentimiento al pedir perdón debe ser sincero, sentido y no una mera justificación o el simple pronunciamiento de la palabra mágica “perdón” o “lo siento”, como una fórmula repetitiva y vacía que permite salir airoso de la situación.
Sentir las disculpas sinceramente, significa admitir que nos equivocamos, y que nos hacemos responsables del error cometido, y por sobre todo, reconocer la necesidad de un cambio de nuestra parte para que no vuelva a ocurrir, hemos hecho mal y no queremos repetirlo.
Muchas parejas piensan que pedir perdón y admitir el hecho de haberse equivocado, es como actuar en contra de la propia autoestima e imagen que el otro tiene de nosotros. Nada mas equivocado, una persona que es capaz de aceptar sus errores y esforzarse por subsanarlo o superarlos, tanto de palabra como de hecho, muestra a una persona que quiere mejorar de manera activa su relación de pareja.
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