El tan molesto hipo siempre se presenta en las ocasiones más imprevistas. Afortunadamente, hay muchas soluciones rápidas y sencillas que podemos emplear en cualquier momento, para evitar esos incómodos saltitos.

Ya sea porque hemos respirado mal, porque comimos demasiado, porque nos excedimos en las bebidas, o simplemente sin algún motivo aparente, el hipo aparece a menudo en nuestras vidas. Pero, ¿qué es el hipo?
Se trata de una contracción involuntaria del diafragma, que nos provoca súbitas aspiraciones, en muchas ocasiones muy sonoras y socialmente avergonzantes. Por fortuna, hay varios trucos que podemos aplicar para eliminar este mal, de manera práctica, rápida y confiable.

El primer truco es bien conocido por todos: la cucharada de azúcar. Tomamos una cuchara de tamaño de té y alzamos con ella el azúcar, para depositarla debajo de la lengua. Dejamos reposar el azúcar allí unos instantes, y el hipo desaparecerá. Aunque a veces se demora en retirarse, y es cuando pasamos al segundo truco. Bebemos, entonces, un vaso de agua fría, en sorbos pequeños aunque constantes, y lentamente, en lo posible conteniendo la respiración al hacerlo.

Si aún así el hipo persiste, entonces tomaremos medidas un poco más drásticas. Así, procedemos a un truco casi infalible, y es retener la respiración durante un minuto. Si bien es una práctica efectiva, hay que proceder con cautela. Esto debería, a esta altura, eliminar el hipo. Pero hay otra solución, y es respirar dentro de una bolsa de papel. Al inhalar y exhalar en largas y pronunciadas bocanadas de aire dentro de un contenedor (en este caso, la bolsa de papel) lo que hacemos es restar oxígeno al gas respirado, obligando al cuerpo a introducir temporariamente dióxido de carbono. Esto seguramente calmará a nuestro diafragma. Sin embargo, si ponés en práctica este truco, no lo hagas por más de unos 30 o 40 segundos. Puedes, inclusive, hacer esta técnica una vez, esperar algunos minutos para ver si el hipo desaparece, y si no lo ha hecho, repetir el procedimiento unos 5 o 10 minutos después de haberlo hecho la primera vez.

Si esto tampoco funciona.. hay otra solución para curar el hipo: alzaremos la mano izquierda hasta que este a la misma altura que la cabeza. Luego, abriremos la mano y juntamos las yemas de los dedos indice y pulgar, presionándolos por unos segundos.

El hipo es una función que nuestro organismo emite o realiza, en respuesta a un cambio o situación particular. Si luego de llevar a cabo estos ejercicios tu hipo continúa activo, será mejor consultar a un médico, para que estudie en detalle esta situación en la que tu organismo intenta advertirte de algo.

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