El difícil momento tras la pérdida de un trabajo
Cuando alguien pierde su trabajo su mundo se desmorona. Las reacciones pueden ser diversas, y se verán afectados no solo su economía, sino también el trato con quienes lo rodean. Es importante tratar de asumir la situación y encarar con actitud la búsqueda de un nuevo empleo.
El trabajo que realizamos día a día es una de las partes más importantes en nuestras vidas. Todos sabemos que no podemos estar tanto tiempo en casa sin hacer nada, y nuestro trabajo nos ayuda a pasar el tiempo, a sentirnos dignos, valorados, y que es sumamente necesario para crecer como personas.
Gran parte de nuestra vida está enfocada en el trabajo, sin embargo, a veces nos damos contra la pared y sufrimos la pérdida del mismo.
Perder un trabajo es una situación totalmente estresante, tanto para quien es despedido como para su familia. Pero es importante entender que, lamentablemente, ocurre a diario, y que a muchas otras personas les ha pasado. Esto servirá para no exagerar la situación, tomar la experiencia con sabiduria y pensar que cuando se cierra una puerta, se abren muchas otras.
Para superar la pérdida de un trabajo, debemos primeramente entender que hemos sido despedidos y que no hay nada que hacer. En ese momento, podemos desahogarnos de la forma que queramos para enfrentar y botar ese sentimiento de dolor que nos agobia. Si la pérdida del trabajo es un hecho, no vale la pena gastar energías tratando de negarlo, sintiéndonos culpables o fracasados, o simplemente inmóviles por la situación. Se debe aceptar la realidad y empezar a sopesar las diferentes opciones y la situación en general.
El segundo paso es entender hasta qué punto la situación financiera puede verse afectada, y formular un plan para poder cubrir las deudas y encontrar una forma de entrada financiera estable. Esto se puede lograr por medio del recorte de actividades, objetos y servicios innecesarios, para así poder estabilizar la situación económica.
La pérdida de un trabajo, de por sí, es una situación que genera mucho estrés, ya que tiene repercusiones en la vida personal y económica. Sin embargo, si una persona con familia sufre una pérdida, esto afectará la vida familiar y hasta las relaciones de pareja.
Si tu esposo o esposa ha perdido su empleo, debes prepararte para asumir ciertas responsabilidades que vienen con el hecho de compartir un hogar y del juramente de amor que hicieron en un principio, en las buenas y en las malas. Debes prepararte para ser más fuerte que tu pareja, en caso de que caiga en una depresión o sentimiento de fracaso que le impida levantarse y seguir buscando otras opciones. Como complemento de tu amado/a, es tu deber impulsarlo y darle ánimos para que siga adelante y no se dé por vencido. Hay que ser optimistas, persistentes, perseverantes, y sobre todo, pacientes, para lograr encontrar otro empleo.
Es importante ampliar la mente y sentirnos útiles para cualquier rama, en caso de que haya una urgencia de encontrar otro trabajo por razones económicas o de otra índole. Adaptarnos al cambio y asimilar lo que aprendimos en nuestro antiguo ambiente laboral, nos servirá para adaptar esos conocimientos en el nuevo trabajo que vendrá.
La idea es nunca dejarse llevar por la imagen de un mal momento y perder las esperanzas. Una familia como tal debe verse como un núcleo, un todo, en donde si alguno de sus integrantes esta en problemas, los demás deben ayudar para superar la situación. Lo mejor que pueden hacer los integrantes de la familia, incluyendo a los hijos, pareja, padres y amigos, es dar su apoyo y entendimiento total en ese momento, dar ideas para encontrar soluciones a corto plazo que puedan ayudar a manejar las circunstancias. Es muy importante hablar con sinceridad sobre lo que se está sintiendo y entender las circunstancias con sus pros y sus contras.
Cuando uno pierde su trabajo, y aunque sea difícil de lograr, debe tener una predisposición y un pensamiento positivo, teniendo en cuenta que ningún trabajo deshonra y que en la gran mayoría de los casos, hay oportunidades, solamente hay que tener la mente abierta para poder encontrarlas a tiempo.
Muchos de los que sufren del desempleo dirán que hablar es fácil, predicar con cambiar la actitud es sencillo… pero esta claro que nadie va a venir a tocarnos la puerta para ofrecernos el trabajo que ya no está. Las oportunidades llegarán en la medida en que nos movamos, despertemos del golpe recibido y enfrentemos al mundo con toda la actitud. Seguramente lo lograremos, y al final del camino, podremos mirar atrás y sentirnos aún mas fuertes y orgullosos, porque el tropiezo no fue caída, y porque entendimos que de todo lo malo también se aprende.
En realidad es dura la noticia que has sido despedido, pero leendo este artìculo me he quedado mas calmado y seguir adelante y moverse para buscar una puerta que setè abierta para mi. Gracias
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