Hay mentiras piadosas y otras no tanto, pero en todos los casos quién las dice emite señales que lo delatan. Aprende a descubrirlas y saber como actuar frente a una mentira.

Hoy en día, cuando no se fomentan bien los valores en la familia, lo más posible es que se aprenda a mentir. El mentir es uno de los métodos más viejos de la existencia humana para poder liberarse de algo que lo culpe, y aún más si de verdad hemos cometido un error y no queremos ser descubiertos.
Muchas veces es difícil darse cuenta si alguien comete una mentira, en especial si es una persona a quien se le confía bastante y lo conocemos desde mucho tiempo atrás. Para ello debemos siempre de ser más inteligentes de aquellos que tratan de engañarnos.
Recordemos que no todas las mentiras son dañinas, sin embargo, el hecho de que una persona no sea sincera o falte a la verdad, hace que se pierda la confianza en ella y por ende se vuelve conveniente apartarla de nuestro nucleo familiar o amistad para no sentirla una amenaza más adelante .

Para saber si alguien nos miente debemos ante todo tener siempre la certeza de que quién lo hace, siempre dirá algo que no calza en lo que nos estén diciendo. Si son personas muy cercanas a nosotros y la confianza es extrema y no hay motivo de dudar, entonces, debemos de mantener esa confianza ya que es la base de las buenas y leales amistades, no importa si están dentro de la familia o si están representados como amigos, compañeros o amistades. Siempre que no estemos convencidos de lo que nos estén diciendo, debemos hacer las preguntas que hagan que el tema se aclare, sin depositar toda la responsabilidad en otros. Como sabemos, las mentiras siempre van a causar dolor y confusión, y más aún decepción, si viene de alguien a quien apreciamos bastante. Por eso siempre antes de sacar conjeturas y juicios es mejor ir de frente y tratar de aclarar todo con buen dialogo y entendimiento.

¿ Como detectar una mentira?

La expresión corporal continuamente refleja lo que estamos pensando y sintiendo. Nos cruzamos de piernas, nos tocamos el pelo, hacemos una mueca, cerramos los ojos… todos movimientos involuntarios, inconcientes e incontrolables, que acompañan el pensamiento y el sentimiento, así como el discurso. Siempre que hablamos, gesticulamos de diferentes formas para dar más o menos énfasis al discurso, para explicar algo de mejor manera. Cuando alguien miente, también muestra ciertos gestos característicos que delatan que no está siendo del todo sincero, incluso el más entrenado deja escapar involuntariamente gestos delatores.

La mentira es algo que está mal, por lo tanto quien está mintiendo, siente nerviosismo, se muestra intranquilo y tenso. Un mentiroso mostrará rasgos de nervios, tales como un pequeño tic, mover repetidamente una parte del cuerpo, por ejemplo un pie, o se balanceará para un lado y otro de forma ansiosa, tendrá sudor en manos y cara o respiración un poco más agitada o entrecortada.

En cuanto a la mirada, un mentiroso tendrá tendencia a desviarla, mirando al suelo o al costado, evitando la mirada directa del interlocutor. Es muy común que, además, se tapen la boca mientras están emitiendo la mentira, pasen la mano por ella, o hagan como si se rascaran o algo les molestara.
Pasarse la mano por el pelo es otro rasgo que puede estar delatando a un mentiroso.

En cuanto a la voz, ésta se vuelve de volumen más bajo y ligeramente más ronca.

Dejando de lado los signos corporales, puedes guiarte por tu propia intuición para detectar una mentira, además de recurrir a tu buena memoria y recordar si lo que te están diciendo se contradice con algo que te había dicho anteriormente, o es exactamente igual. Además, quien miente, puede dudar al tratar de responder una pregunta que tu le formules, así como negarse a responderla.

De todas formas, siempre será conveniente ir de frente y poder preguntarle al otro si nos está mintiendo, de esta forma lo estamos confrontando consigo mismo, y dejándole saber que hay algo que no está siendo del todo claro. En el caso que así fuera, tu le estarías dando la posibilidad de sincerarse.

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