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¿Por qué se nos “congela el cerebro” al tomar helado?

19 abril 2012 Un comentario

Cuando damos un enorme bocado de helado o bebemos algo muy frío nos da un intenso dolor en la sien. A esta condición se la conoce como “cerebro congelado” o Brain Freeze. ¿Cómo y por qué ocurre?

Te has servido una enorme porción de helado, o recibes ese cono que sostiene una montaña de sabor en su cima. Le das un enorme bocado y, de pronto, una sensación invade tus sienes: tienes el terrible dolor del “cerebro congelado”. ¿Sabes de qué se trata? Pues en esta nota te contaremos los detalles de esta particular condición.

Conocemos como “cerebro congelado” o Brain Freeze a una condición particular que se da cuando consumimos un enorme bocado, o diversos bocados pequeños en corto tiempo, de un helado o de una bebida fría. Al producirse este fenómeno, la sensación se asemeja a una presión punzante en ambos lados del rostro, sobre la sien, y también sobre la parte frontal de nuestro cráneo.

Por lo general, la “cura” a esta condición consiste en esperar algunos segundos hasta que la sensación desaparezca, tan repentinamente como apareció. Hay quienes frotan sus sienes buscando producir calor, y quienes beben de inmediato un líquido templado o caliente para contrarrestar los efectos. Pero ambas técnicas son inútiles, y a continuación, comprenderás por qué.

¿Qué es el cerebro congelado?

Científicamente se lo conoce como Ganglioneuralgia Esfenopalatina, que no es otra cosa que la cefalea o cefalalgia (dolor de cara). Y lo cierto es que la velocidad del consumo y el tamaño de los bocados de alimentos y bebidas fríos poco tiene que ver con la aparición de la condición. Este fenómeno se produce cuando el frío “toma contacto” con los nervios superiores de la boca, provocando que todo el sistema nervioso se ponga en marcha y se refleje en respuestas de dolor en las terminales nerviosas, ubicadas al frente y a los lados del rostro.

Aunque comer bocados grandes dificulta el proceso de tragado, y comer a gran velocidad propicia que el frío se “conserve” en la boca y la garganta, el fenómeno podría darse igual aunque comiéramos un helado lentamente y en pequeñas cucharadas, dependiendo de nuestra propia sensibilidad.

Contra el cerebro congelado no podemos hacer nada. No hay una “cura”, puesto que se trata de una condición de respuesta nerviosa. Es como pensar que pudiera haber una “cura” a la risa que nos da cuando nos hacen cosquillas en un punto sensible: es meramente imposible.
De este modo, evitar o detener el contacto con el frío (de manera abrupta y repentina) es la única solución, tal y como sucede en la sensibilidad dental. Sólo debes tragar esa bebida y esperar algunos segundos, y verás que el dolor desaparece como por arte de magia. Eso sí: sé un poco paciente y espera unos 30 segundos antes de tomar el segundo bocado de este delicioso helado, ¡o te congelarás nuevamente el cerebro!

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Un comentario »

  • Juan said:

    Y qué pasa si se prolonga el dolor de cabeza? Mi novia le da y no pasa a los 30 segundos, sino como a las 30 horas. Es lo único que le causa esos dolores de cabeza insoportables y tan prolongados, ya casi no come nada frio ni no caliente por pavor :(

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