Consejos para tener el baño siempre reluciente
La limpieza del baño suele ser la tarea del hogar menos agradable de todas, y para sumarle un inconveniente mas, requiere de una frecuencia diaria ya que allí conviven millones de bacterias y gérmenes. Sobre todo si hay niños en la casa, la limpieza profunda del baño no puede pasarse por alto. Veamos algunos trucos y consejos para hacerlo con pocos esfuerzos.
El cuarto de baño es una de las habitaciones de la casa a las que debemos prestar mayor atención en lo referente a su limpieza e higienización. Sin embargo, debido a que se trata de un ambiente con altas concentraciones de humedad y un tránsito constante de personas, a veces la limpieza resulta un tanto dificultosa. Pero aquí te contaremos algunos buenos trucos y secretos que podés aplicar para tener el baño siempre impecable y reluciente, como recién estrenado:
El inodoro y el bidet son algo complicados de mantener, aunque los limpiemos a diario. Es que, dependiendo de la zona donde vivamos, la dureza del agua y los restos de sarros en la misma pueden ocasionar manchas rebeldes. Por fortuna, hoy en el mercado hay muchos productos destinados a tales males, y nos ayudan a mantenerlos en impecables condiciones. Además, hay trucos que nos pueden ayudar a prevenir y solucionar otras manchas.
Por ejemplo, si en tu inodoro hay manchas de óxido, podés exprimir un limón y mezclar en jugo con bórax, para aplicarlo por encima y dejarlo actuar unos minutos. Luego pasás un paño o el cepillo, y listo. Si el interior de la taza y el fondo tienen manchas, una buena solución es derramar una gaseosa de cola adentro, y dejarla algunos instantes. Luego hacés correr el agua para enjuagar, y desinfectás como de costumbre.
También podemos utilizar el querido vinagre de alcohol, ya sea tibio o caliente, para hacerlo circular por el inodoro, el bidet y la ducha. Esto previene la acumulación de sarro y los deja resplandecientes. Un truquito muy útil es colocar una taza de vinagre en la mochila del inodoro, y luego hacer circular el agua, para hacer que el vinagre limpie todos los conductos.
Podemos hacer esto mismo con la bañadera. Las gaseosas de cola las dejan relucientes, aunque siempre hay que recordar que, posterior al uso, se debe limpiar como de costumbre, para sanitizar. Con respecto a las cortinas de la ducha, para eliminar las manchas de humedad y los honguitos se las puede limpiar con un paño empapado de agua oxigenada. La lavandina es una gran ayuda para desinfectarlas, pero siempre recordá enjuagarlas al finalizar. También recordá de vez en cuando sacarlas al patio y dejarlas al sol, para eliminar las bacterias, tal y como hacés con la ropa.
Nada peor para dar una mala apariencia al baño que tener grifos deslucidos, opacos y con sarro. Para limpiarlos, el mejor aliado es un cepillo pequeño que pueda llegar a todos los bordes o recovecos sin inconvenientes. También podemos utilizar paños y esponjas, pero con la precaución que el material con el cuales estén hechos no rayen los grifos.
Si la grifería cromada, lo mejor es cortar un limón por la mitad y frotar toda la superficie. Enjuagar con abundante agua y secar con un paño limpio. Si la grifería es dorada o esmaltada, se recomienda usar productos específicos para este tipo de grifería debido a que son materiales muy delicados. Luego se debe secar muy bien. Por útimo, si contamos con grifería de madera, debemos mezclar agua con lejía, y para la base de los mismos un cepillo de dientes con limpiador en polvo. Enjuagar bien y secar.
Los restos de jabón, ya sea en la ducha o en el lavabo, a veces son un problema. Para solucionarlo, mezclá agua oxigenada y bicarbonato, y limpiá las jaboneras con esta preparación, frotándola con un cepillito o un trapo, enérgicamente. Luego, sólo necesitás enjuagar con agua tibia.
Para limpiar el vaso donde se mantienen los cepillos de dientes y el dentífrico, podés limpiarlos con agua bien caliente y unas gotas de lavandina, o podés ponerle un puñado de sal y completar el volumen con agua bien caliente, revolviendo. Cualquiera de estas dos metodologías requieren que, luego de su aplicación, laves los contenedores con cuidado, para evitar dejar residuos desagradables.
Con respecto a los azulejos, que suelen acumular mucha humedad favoreciendo a la formación de moho, la mejor manera de prevenirlo es manteniendo el baño ventilado continuamente e incluso secar los azulejos si fuese necesario después de una ducha. Si no disponemos de un producto específico podemos proceder de esta forma:
Rallamos dos cucharadas de jabón blanco en pan y mezclamos con una de alcohol. Frotamos con un cepillo de dientes las juntas de los azulejos con esta preparación hasta quitar las manchas de moho.
Otra opción es mezclar 1/4 de lejía con 1/2 litro de agua y colocarlo en un envase con pico pulverizador. Rociamos los azulejos con esta preparación sobre las manchas de moho y dejamos actuar 5 minutos. Luego, frotamos con una esponja empapada con la mezcla y usamos un cepillo de dientes si las manchas persisten. Finalmente, aclaramos con agua.
Recordá: si querés limpiar y sanitizar el baño con productos naturales, no debés dejar de lado a los dos aliados más poderosos que tenemos a nuestro alcance: el limón y el vinagre, preferentemente de alcohol. Son capaces de eliminar sarro, óxido y manchas de todo tipo, son completamente naturales y sumamente económicos.
gracias por estos utiles consejos, ya que me aclararon dudas y los voy a poner en practica, muchas gracias
Gracias por estos consejos para tener el baño limpio y desinfectado. Tengo un poso oscuro en el fondo del inodoro porque el agua en mi zona es muy calcárea, y hasta ahora no lo había podido quitar.
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