El niño debe encontrar en su habitación un espacio para la recreación, para sus cosas personales, para poder descansar y hacer diversas actividades. Por ende es muy importante tanto su decoración como organización.

Foto: stock.xchng - User: webagency

El dormitorio de un niño es el lugar donde ellos van a descansar, jugar y donde se encontrarán sus pertenencias mas preciadas. Es el efugio en donde pueden dar rienda suelta a su imaginación.
Por esta razón, decorar una habitación a la medida de un niño, en ocasiones puede transformarse en una tarea un poco complicada.
Pero no hay que olvidar quien es el verdadero dueño de ese espacio, por lo que dentro de sus posibilidades, el niño debe intervenir en las decisiones.

Lo primero a tener en cuenta para comenzar a re-decorar el cuarto de los niños, es tratar de que los muebles sean funcionales y utilizar algún tema que les encante, para hacer de su habitación un lugar especial en todo momento.
El mobiliario tiene que estar de acuerdo a su altura.

Si hay algo que no puede faltar en el dormitorio de los chiquitos es una mesita con sillitas para que realicen diferentes actividades.
Se puede partir de un motivo o tema (disney, pohh, flores, barcos, etc) y de ahí girar el resto de la ornamentación (sábanas, acolchado, cortinas, cuadros).

Los colchones tienen que ser firmes, así será mas fácil para el niño entrar y salir de la cama.

Es aconsejable elegir muebles de un color neutral, para que puedan ser usados durante muchos años. El color de la habitación se lo darán las paredes y demás accesorios que pongamos. Si bien los accesorios hacen a la habitación, tampoco deben agobiar el espacio.

Una buena opción para las paredes es colocar empapelado o papel tapiz a una determinada altura. No es bueno invertir en piezas temáticas, porque los niños van creciendo y cambiando constantemente, lo mejor para el empapelado es elegir un color y luego pequeños accesorios de algún tema en particular. Así el tapiz se podrá usar por varios años y los accesorios se podrán cambiar por distintos temas que le interese al niño a medida que va creciendo.

Si el niño ya conoce los colores, es bueno que participe junto a los padres de la elección del mismo para pintar su cuarto.
Se debe evitar todo tipo de pinturas al solvente, ya que sus componentes pueden ser muy perjudiciales, sobre todo en los niños, que se meten todo en la boca. Las pinturas deben ser con base al agua y lavables.
Es conveniente siempre seleccionar colores clásicos, los colores de moda cansan con mucha rapidez.

Es aconsejable que el niño no este en la casa durante los días en que será pintada la habitación e inclusive hasta unos días después. Lo mejor es motivarlos para que tenga unas minivacaciones en la casa de los abuelos o algún familiar cercano.

Con respecto al techo, es una parte de la habitación que los niños observan siempre que están acostados. Lo mejor es pintarles algo atractivo para ellos e inclusive colocar figuras que se iluminen durante la noche.

La habitación debe contar con una muy buena iluminación, tanto natural como artificial. Con respecto a esto último, es necesario una central y una en la pared, que será más suave que la primera. La luz en la pared es ideal para las noches, cuando hay que darle algún remedio al niño o se despierta asustado.

Si son pequeños y no queremos que ensucien las sillas, una buena idea es forrarlas con alguna tela fuerte y fácil de lavar. Cuando ya sean mayores, podrán utilizar la silla sin la funda.

El puff está muy de moda, pero son muy blandos, no tienen forma y pueden provocar deformaciones en las columnas de los niños. No olvidemos que están en pleno crecimiento.

Los murales o dibujos de los niños son muy buenos para decorar el cuarto. Se puede colocar una tabla en la pared (si se desea se puede forrar con alguna tela) y colocar sobre ella los dibujos, también fotos, recuerdos, etc.

Con el tiempo, cada vez habrá más cosas y objetos dentro de la habitación, por lo que una buena organización es fundamental. No hay que dejar que el espacio se sature, lo mejor es crear lugares para cada cosa o actividad. El armario solo para la ropa, un cajón para los zapatos, una repisa para los libros, un baúl para los juguetes, un rincón para dibujar.

Si el niño tiene muchos peluches, lo aconsejable es seleccionar un rincón o esquina, colgar allí una red o una hamaca paraguaya y colocarlos todos juntos allí adentro. (La red debe estar a la altura del niño, para que él mismo pueda sacarlos y guardarlos cuando desee).
Para aumentar el lugar para guardar cosas, puedes adquirir cajas o cajones que entren debajo de la cama, allí podrás guardar la ropa de la estación pasada. También puedes usar cajas de cartón (pídelas en los supermercados) y forrarlas con algun papel resistente o algún retazo de tela. Si te animas, puedes construir cajones de madera e inclusive colocarles rueditas. Si son más grandes, hasta es posible usarlas de bauleras para los juguetes.
Así estará todo mas organizados y será más fácil y ameno para ti y tu hijo.

El niño necesita libertad de movimiento para caminar, andar, saltar y disfrutar de su cuarto. Los juguetes y cuentos preferidos siempre deben estar a su alcance.

La luz es un factor esencial en el cuarto de los niños, por eso las cortinas deben ser claras.

No es conveniente el uso de alfombras para el piso, ya que atrapan mucho polvo y se manchan con mucha facilidad. Además, también pueden provocar alergias y problemas respiratorios, al igual que las pinturas.

Un último consejo: no coloques el televisor y la computadora en el cuarto de los niños, lo ideal es que el cuarto sea un lugar tranquilo para descansar y jugar. Lo más conveniente es que para ver la televisión o usar la computadora tuvieran que salir de ella. Estos aparatos tecnológicos pueden alejar al niño del entorno familiar y social, ya que la mayor parte del tiempo son usados en solitario.
Sí, en cambio, podemos colocar un equipo de música, que lo ayudará a desarrollar su lenguaje (al cantar), su motricidad (al bailar) y en ocasiones ayuda a relajarlos.

La habitación de todo niño debe ser un espacio de estimulación y que le permita disfrutar a pleno de sus vivencias de niño, pero no debe transformarse tampoco en su único mundo.

Compártelo