Gazpacho en diferentes versiones
El gazpacho es una sopa fría ideal para los días calurosos. Su preparación es sencilla, y permite una variedad de ingredientes que encontraremos en cualquier alacena.
El gazpacho es una sopa fría de origen andaluz, que resulta ideal para la alimentación en épocas veraniegas. Es un plato fresco, sabroso y rendidor, que se puede adecuar a una infinita cantidad de variedades para todos los gustos, algunas de las cuales veremos a continuación.
La receta original se prepara remojando 2 rebanadas de miga de pan duro en agua, sal y aceite, en lo que se pelan y cortan 6 tomates maduros, 2 pimientos verdes, 1 pimiento rojo, 1 pepino grande, una cebolla y un diente de ajo. Estas dos preparaciones se licuan o trituran en conjunto, logrando una consistencia cremosa, y se la va corrigiendo de sal, de vinagre y de agua. Luego, se cuela y se agrega agua de ser necesario, para lograr una sopa que debe conservarse en la heladera antes de ser servida. Al emplatar, se acompaña con cubos de pepino y tomate frescos, e incluso aceite de oliva y cubos de pan, entre otras guarniciones, a gusto.
Entre sus tantas posibles versiones, encontramos el gazpacho blanco, con almendras crudas peladas y jerez, y se lo acompaña con un huevo frito o revuelto. El gazpacho tradicional de Granada tiene la particularidad de ser elaborado sin el tomate, y con mayor cantidad de agua bien fría, y suele ser bebido como aperitivo antes de la comida. Otra preparación incluye una guarnición de salmón y atún frescos, que se sirven sobre el gazpacho ya emplatado, acompañado de perejil y estragón. Por su parte, el gazpacho extremeño incorpora a la lista de ingredientes hojas de menta y de lechuga picadas, resultando más fresco.
Una versión más americanizada es el gazpacho de palta (“Gazpacho de Aguacate”), que se elabora agregando a la preparación 3 paltas trituradas y puré de calabaza o de calabacín, y suele ser acompañado con huevos duros y rodajas de pan tostado. Otro sabor para paladares intrépidos es el gazpacho de melocotón (o durazno), que incorpora jamón cruzo, pollo cocido, menta, nuez moscada, puerros, y duraznos en cubos rehogados.
También existe su versión de gazpacho agridulce. Por ejemplo, un plato novedoso y fresco es el sorbete de gazpacho helado, que se prepara turbinando (llevando a la máquina para helados) el gazpacho colado, y dejándolo reposar. Se lo acompaña con gelatina de manzana verde (elaborada con gelatina en escamas y puré de manzanas en compota), y se lo sirve con una apetitosa porción de atún.
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