Reglas al saludar con la mano

En cualquier situación social, saludar extendiendo la mano es una forma de causar una excelente impresión, siempre y cuando se haga correctamente.

Para la mayoría de las culturas, al dar la mano las personas tienen que estar paradas, mirarse a los ojos y esbozar una sonrisa. Si se hace lo contrario o se omite alguna de estas instancias, lo más probable es que el saludo sea desagradable o que la persona a la que saludamos crea que somos huidizos o poco sinceros.

También el saludo debe estar acompañado de una frase de cortesía, por ejemplo, si es la primera vez que se saluda a esa persona se puede decir: “encantado/a de conocerla/o”

La forma de dar la mano correctamente es con el brazo extendido a 120 grados y con la palma de la mano totalmente abierta. Al tocar la mano del otro, tenemos que envolverla con nuestros dedos y hacer un movimiento firme. No se aprieta fuerte, pero tampoco es propio no hacer fuerza alguna, y esto es por demás importante cuando el saludo es entre colegas o cuando se está en una entrevista de trabajo, ¿por qué?. Porque el saludo dará una pauta importante sobre nuestra personalidad y firmeza de carácter.

Esta es la descripción básica de cómo se da la mano correctamente, pero se ajusta especialmente a cuando se dan la mano dos personas del mismo sexo. Si bien la igualdad de géneros es uno de los motores del progreso y las buenas costumbres, la mujer sigue siendo para el protocolo una persona más sutil y delicada que el hombre, por lo que se la debe tratar con diferencia. No queda muy bien que una mujer de la mano con mucha firmeza, aunque en un hombre tampoco, pero si un caballero da la mano muy fuerte, puede amedrentar a la persona a quien saluda, mientras que una mujer causa una mala impresión.

Lo más importante en el caso de darse la mano entre un hombre y una mujer es esperar que ella inicie el saludo.

Y un dato curioso… las personas zurdas deberán ser quienes inician el gesto de saludar para que la otra persona no se confunda y les de la misma mano.