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febrero 15, 2011

¡Malas hierbas, fuera del jardín!

Escrito en: Jardinería

Foto: Marianne Perdomo - Flickr

Las malas hierbas son un mal que está presente hasta en el más custodiado y mimado jardín. Por ello, debemos estar siempre atentos de su presencia, para poder erradicarlas antes de que proliferen. Aquí tenemos algunos consejos para lograrlo.

Debemos saber que las malas hierbas pueden aparecer por muchas razones. Puede que haya árboles o especies vegetales muy prolíferas cerca de nuestro jardín, que con cualquier brisa esparcen sus semillas a las zonas cercanas. También la tierra puede traer consigo algunas viejas raíces (en particular cuando reutilizamos tierras sin tratar), e incluso puede que el pelaje animal y nuestro propio calzado traigan semillas de hierbas indeseadas luego de pasear por el parque, por casas vecinas, o por cualquier rincón de la ciudad.

Las malas hierbas, además de afear el paisaje tan bien diseñado, pueden poner en peligro tus plantas. Ya sea rodeándolas y recubriéndolas, provocándoles asfixia, o también aprovechando los nutrientes del suelo, quitando a tus plantas su sustento. Esto hace que la tarea de identificación y erradicación de las malas hierbas, los yuyos y las especies indeseadas, sea fundamental para el cuidado del jardín.

Para eliminar las malas hierbas, o cualquier especie que haya brotado y que no quieras tener en tu jardín, simplemente puedes usar la azada o a desmalezadora. La bordeadora de tanza también puede ser muy útil, e incluso la podadora de césped hará lo suyo.

Por supuesto que también tus propias manos serán una herramienta útil de erradicación de malezas, ya que una vez identificadas, podemos retirarlas de la tierra con todo y su raíz. Para hacerlo, toma la especie indeseada por la base de su tallo y tira suavemente. Puedes ayudarte aflojando la tierra a su alrededor, para retirar la raíz y prevenir un nuevo brote. También se puede humedecer la tierra para hacer esta tarea, aunque ten cuidado de no mojar el suelo si vas a usar máquinas eléctricas en la labor.

En casos de malezas arraigadas o de especies indeseadas perennes, podemos utilizar algún producto herbicida. Pero cuidado, hay que aplicarlo con mucha precaución, pues estos productos eliminarán toda vida vegetal con la que tomen contacto. Así, si se trata de una especie, sólo moja sus hojas con el producto y un hisopo para eliminarla, siempre usando guantes. Si has eliminado un árbol y sus raíces siguen acechando, practícale a la raíz una perforación con un martillo y un cincel, y coloca allí el herbicida, procurando que no entre en contacto con el césped ni otra variedad.

En canteros nuevos o jardines vírgenes, asegúrate de arar bien la tierra antes de sembrar, para minimizar su brotación. Usa herbicidas sólo si fuera necesario, y ayúdate de tierras preparadas para que la aparición de especies indeseadas sea mínima.


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